Sección Desde Llano Adentro

HACIA DONDE VAN LOS LLANEROS?

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La compleja realidad cultural  del llano, la subsistencia de los diferentes pueblos indígenas de la región, la autonomía y mayores recursos que han alcanzado los municipios, los cambios generados por la irrupción de la industrias petroleras, las transformaciones agroindustriales, las políticas del gobierno hacia esta región y la situación de frontera de gran parte del territorio, plantean que la búsqueda de soluciones a las causas generadoras de marginalidad regional, desintegración y violencia, se encuentran en la realización de trabajos que permitan formas más sólidas de cohesión social, buscando una integración regional a partir de una perspectiva cultural.

El hecho que la comunidad llanera no conoce suficientemente lo que le pertenece, su pasado histórico, su procedencia, los procesos de poblamiento, colonización y mestizaje, está alterando y distorsionando los elementos que permitan la afirmación de su identidad regional y nacional.

Dentro de los procesos que conforman las entidades regionales se ha pretendido dejar por fuera las raíces generadoras del carácter del llanero, generalizando el concepto de cultura y olvidando que existen diferencias locales o matices que permiten establecer una subregionalizacion cultural sin perder la identidad totalizadora.

Se debe tener en cuenta que la sociedad llanera es una sociedad estratificada, donde muchas de las diferencias tienen como origen las etnias; la identidad llanera no puede tratarse por fuera del problema histórico, ni por fuera de la dinámica propia de las sociedades indígenas. No es lo mismo el dueño de un hato que un peón llanero.

El reconocimiento de que la historia del llano no comienza en 1492 y que la construcción de la futura identidad llanera se debe dar con la participación activa de las comunidades indígenas, reconociendo los aportes que estos grupos han hecho a la historia de la región, permitirá abrir un verdadero proceso de afirmación de la cultura del llanero.
La historia ocupacional del llano se remonta al año 1000 A.C. Y antes de la conquista esta región no fue marginal ni aislada pues configuro el punto de encuentro comercial y cultural entre culturas andinas, las culturas del Orinoco, las culturas Amazónicas y las culturas de la Guayana, con una población aproximada de 250.000 habitantes.

La situación actual de las comunidades indígenas es alarmante, aunque han demostrado en más de quinientos años una gran capacidad de adaptación que les ha permitido su supervivencia hasta nuestros días  a pesar de las condiciones adversas a las que han sido sometidas. Actualmente cada vez más se dificulta el mantenimiento de sus culturas.

El creciente  ingreso de las petroleras y las diferentes acciones de la globalización y su homogenización cultural, están acabando con sus economías de subsistencia y vinculando a sus pobladores al trabajo asalariado.

La legislación colombiana no ha tenido en cuenta sus verdaderas necesidades y sus territorios ancestrales han sido invadidos y reducidos por multinacionales mineras que cuentan con la aprobación gubernamental, sumado a esto, estas tierras se caracterizan por la mala calidad y los recursos de caza y pesca están prácticamente agotados. A su vez esta irrupción territorial minera trae consigo  su propia cadena económica, social y cultural impactando negativamente las etnias indígenas.

Son pocos los programas educativos que incluyen el bilingüismo y presentan currículums inadecuados trayendo como consecuencia la perdida acelerada de la lengua. La posibilidad de continuar estudios segundarios se les niega sistemáticamente y los servicios de salud son eventuales dentro de sus resguardos.

 No obstante esta situación, las comunidades indígenas de los llanos han conformado una organización más integrada que por encima de los cabildos impuestos, busca la representación de todas las etnias. De esta manera buscan encontrar soluciones comunes a sus problemas creando estrategias de defensa de sus culturas e identidad.

Gran enseñanza para el resto de los llaneros que al parecer están sintiendo penetrada su cultura por influencias foráneas y de otras regiones que la han erosionado en gran parte su cultura (medios de comunicación, músicas, etc.) y son pocas la organizaciones y grupos folclóricos que  están trabajando conjuntamente hacia su defensa; los demás por el contrario cada vez se mezclan más con la cultura consumista foránea, dejando de lado lo autóctono de las raíces con una idea equivocada de  innovar para evolucionar y crear espectáculos descontextualizados del folclor regional para atraer turismo.

¿Una nueva forma de hacer historia?

Iniciar proyectos de investigación y estudios que den una explicación justa y objetiva de lo que fue la prehistoria, la conquista, el encuentro entre España y la región llanera, esclareciendo los procesos de mestizaje y estableciendo los valores predominantes que se transmitieron por generaciones, será un punto de apoyo en la búsqueda de la integración regional y la educación de las futuras generaciones del llano.

Mientras que el estado y la sociedad en general no valore las culturas de los pueblos indígenas, no se producirá una transformación y una integración que nos permita construir la identidad nacional.

Nos hace falta proponer la educación intercultural en las escuelas para que se enseñen aspectos relevantes de la cultura indígena y llanera.
Los procesos de migración y colonización, así como los de irrupción de las industrias extractivas de la zona, se deben analizar no solo como proyectos económicos sino también culturales que no siempre significan un avance, sino que están destruyendo, las más auténticas expresiones de la cultura regional.

Generar movimientos desde la comunidad para lograr desarrollos autónomos de las diferentes culturas, permitirá afirmar la conciencia colectiva que sirva de punto de encuentro y referencia del quehacer cotidiano, dando lugar a procesos masivos de arraigo, integración y solidaridad.

Fuentes para este articulo
Bertha Quintero Antropologa U. Nacional

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