Sección Desde Llano Adentro

EL ARBOL DE ACEITE (Copaifera officinalis L)

También se conoce con otros nombres Currucay, Cabima, Copaiba, Maramo.

Uso Medicinal

Árbol grande, originario del 
Norte de Sur América, distribuido principalmente en los llanos de 
Colombia y Venezuela, del tronco se extrae un aceite con uso en la medicina humana y animal, conocido como "aceite de palo" al cual se le atribuyen propiedades cicatrizantes. Se exportó a Europa a finales del siglo XIX y principios del siglo XX. El campesino llenero estima al aceite como benefactor de su salud.

Cronistas Españoles y botánicos en la época de la conquista conocieron sus propiedades medicinales gracias a los indígenas nativos en los llanos que lo utilizaban para curar heridas. Tambien se le atribuyen otras propiedades medicinales tales como antivenérea, laxante, desinfectante, diurético, estimulante y antirreumático. 

Tradicionalmente el aceite de este árbol era usado para la desinfección de ombligos en los becerros recién nacidos y en el tratamiento local de las miasis o gusaneras. También su utilización se reseña cuando lo indica algún tratamiento del Tétano y en el tratamiento local de heridas.



LA VORÁGINE


En 2014 se cumplen 90 años de la publicación de la primera edición de La Vorágine del autor José Eustasio Rivera. 

En esta casa en Orocue Casanare el escritor José Eustasio Rivera residió un larga temporada. En la habitación que ocupó se encuentra la silla y lugar de trabajo donde Jose Eustacio Rivera realizó los primeros manuscritos de su gran Obra "LAVORAGINE" 

La primera edición de La vorágine data de 1924 y fue publicada en los talleres gráficos de la Editorial de Cromos en Bogotá. Su autor, José Eustasio Rivera, recién volvía de la selva orinoquense, donde había sido parte de una comisión limítrofe con Venezuela. 

A partir de 1924, La vorágine se convierte también en un documento histórico. Algunos daban por hecho que se trataba de una narración verídica. Otros decían conocer a Cova y a Alicia. Ciertamente, conocemos la vida y hasta el retrato de muchos de los personajes que desfilan por sus páginas. La confusión se agravó con la publicación.

Las tres primeras ediciones de la novela iban acompañadas de fotografías que buscan darle autenticidad al relato. En una de estas aparece el propio Cova, y muchos contemporáneos vieron en el poeta Cova el rostro de José Eustasio Rivera.

Así, se funden autor y personaje, realidad y ficción. Pero a su manera, todo lo que dice La vorágine es cierto. Por eso, cuando estalla el conflicto de Leticia ocho años después de la publicación de la novela, a esta se le invoca como autoridad que demuestra los desmanes peruanos en suelo colombiano. Los soldados que iban hacia el teatro de la guerra la llevaban en sus mochilas como única guía posible hacia lo desconocido.