Este plátano tiene su origen
en Asia meridional, siendo conocido en el Mediterráneo desde el año 650 d.C. La
especie llegó a Canarias en el siglo XV y desde allí fue llevado a América en
el año 1516. A los Llanos fue introducido por el misionero Jesuita Padre José
Gumilla por allá a finales del siglo XVI, ingresándolo por la ruta océano atlántico,
río Orinoco, río Meta.
El plátano topocho es una especie media entre el plátano y el cambur, pero el sabor de la fruta los diferencia. La planta del topocho tiene más resistencia al tiempo seco que otras variedades de plátano.
Posee un gran número de nombres comunes según la región como
‘‘cachaco‘‘, ‘‘topocho‘‘, ‘‘Cuatrofilos‘‘, “Popocho”, “ Locho”, “Tresfilos”, .
El cuerpo del fruto, de mediano a grueso, es casi recto por su lado ventral.
Cuando madura el pericarpio es amarillo sin cera y el endocarpio crema – rosada
pálido. Sus Dimensiones promedio son de 15 a 20 centímetros.
El plátano Topocho es un alimento
altamente energético, cuyos Hidratos de Carbono son fácilmente asimilables. Un
plátano topocho pesa de 200 a 300 g, según la variedad, y contiene de 60% a 80% de
pulpa comestible.
Contiene además
vitaminas A, B1, B2, C y E, Potasio, Fósforo, Magnesio,
Hierro, Zinc y Tanino.
Fuera de ser un fruto de
alto consumo humano, la pulpa tiene propiedades medicinales eficaces para
contrarrestar las diarreas infantiles graves, además es bien tolerado por el
organismo, ejerce una acción favorable sobre la Biota intestinal. Se utiliza
para extraer harinas para el consumo humano, especialmente para niños. El
campesino lo saca al sol, lo pulveriza y obtiene una harina pura que se
utiliza para el alimento diario de los niños.”
Fuente citada:
JIMENEZ, CASTELLANOS, Rubén
Darío. Tubérculos, Leguminosas y raíces alimentarias. Editorial UNISUR, 1994. -
Fotografías Alex Guzmán A.