Sección Desde Llano Adentro

17 DE MAYO FIESTA DE SAN PASCUAL BAILON


Altar vestido para el baile a San Pascual
Foto: Oscar A. Pabón M.


Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario.


El 17 de mayo el santoral católico lo asigna como la fecha del español San Pascual Bailón, quien tiene muchos devotos en los llanos colombianos y en regiones de Boyacá.


En esos lugares le pagan sus milagrosos favores recibidos con celebraciones paganas, que incluyen rezos y grandes fiestas en las que se reparten bebidas y productos de las gastronomías propias de cada sitio.


Las hogareñas salas que los anfitriones disponen para el joropero festejo, son presididas por alumbrados altares con la imagen de San Pascual Bailón, junto a la vitela del milagroso monje se colocan las botellas de trago.


Las fiestas de San Pascual Bailón forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de algunos vecindarios de los llanos Orientales.

HATO LA MAPORITA


Fotografía. Rodeo de ganado Casanareño en el hato La Maporita  década de 1930.  





















Internándose en la sabana, se llega al legendario hato La Maporita, donde transcurrió buena parte de la historia de Arturo Cova y Alicia que narra don José Eustasio Rivera en la novela La vorágine. El hato La Maporita (diminutivo de mapora, un tipo de palmera) está ubicado en las proximidades del corregimiento fronterizo El Caracol, a cuarenta y cinco minutos del municipio de Arauca.
Este hato centenario fundado en tierras “lareñas” araucanas, está ubicado en un extenso banco de sabana, constitutivo de una gran extensión de llanura, propiedad obtenida por los fundadores gracias a “las mercedes reales” otorgadas por la corona española. Hay referencias documentales escritas probatorias de que para el año 1918, los hermanos Sánchez posaban de dueños, en representación del dictador venezolano Juan Vicente Gómez, quien gobernó al hermano país por espacio de veintisiete años (1908-1935), y que supuestamente era el verdadero propietario de este latifundio de cerca de 100 mil hectáreas, con una población ganadera de sesenta mil reses e incontables caballos y abundante biodiversidad.
El Hato La Maporita – hato, era la unidad productiva pecuaria que tenía más de mil cabezas de ganado – ha sido, históricamente, referente de la ganadería regional, un hito del llano, escuela de la llanería, famoso por la calidad de sus caballos y por la supremacía de sus “hombres de soga y caballo”. Los mejores caporales, caballiceros, baquianos, amansadores de potros, cabresteros y viajeros de ganado se graduaban en este hato icónico abundante de reses y bestias y reconocido como punto de partida de los lotes de ganado que constituían la saca anual de cuatro mil novillos llevados de aquí a Villavicencio, en jornadas que duraban cuarenta y cinco días”.


















Tomado de:


Reflexiones para las Comunidades Llaneras (Facebook).





Fotografía de FAFO. Fundación para el archivo fotográfico de la Orinoquia

















LA PALMA DE MORICHE


La palma de moriche (Mauritia flexuosa L. f) presenta una amplia distribución desde la cuenca amazónica hasta la isla de Trinidad. La especie presenta una gran adaptación a suelos con baja fertilidad, además es parte integral del sistema natural regional porque se ha convertido en un elemento fundamental, para la conservación de las fuentes hídricas y la biodiversidad.


En el caso de algunas economías locales es usada como un recurso que genera alimento, fibras y madera. Su importancia económica varía entre las diferentes regiones geográficas, en Colombia es escasamente comercializada, mientras que en zonas como Iquitos (Perú), comienzan a seleccionar ecotipos para el cultivo comercial de la especie, ya que existe una red económica basada en sus productos.
El moriche es una palma gregaria que forma asociaciones homogéneas a lo largo de ríos y caños denomidos "morichales"donde llega a ser la especie dominante del estrato arbóreo.

Se afirma que el Moriche es de las pocas palmeras que puede crecer con el sistema radicular sumergido en los pantanos por poseer raíces aéreas llamadas neumatóforos.

Fuente:
Revista Orinoquia Universidad de Los Llanos Colombia

En los Llanos colombianos también hay fiestas carnavalescas

Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario 

En diversos países y con traiciones diversas por estos días se cumplen los carnavales, fiestas que mueren el martes víspera del miércoles de Ceniza, quiere decir que en 2016 el 9 de febrero será el cierre.

Bueno es recordar que en Colombia además de Barranquilla, ocurren otros carnavales en meses y fechas diferentes, ejemplo es el de Blancos y Negros de la ciudad de Pasto, que se cumple en enero durante los festejos de los Reyes Magos.

Los carnavales llaneros:

Como en este segundo martes de febrero, víspera del inicio de la cuaresma, culminarán las internacionales festividades carnavalescas, quiero aprovechar la ocasión para visibilizar cuatro tradiciones populares de la región llanera, que por sus coloridas parafernalias, evocaciones y formas de celebrarlos, reúnen las características propias de los carnavales.
Dichos festejos folclóricos a campo abierto, tres de ellos poco conocidos en el contexto regional, están presentes en Arauca, Casanare y Meta. Los cuatro guardan como común denominador, que no se cumplen en tiempos previos a la temporada de Semana Santa. 

Las Negreras


Añeja tradición propia del pueblo de Arauquita, que tiene al galerón como principal soporte musical. Los participantes interpretan tambora, la flauta, el furruco, la charrasca, el violín, el bandolín, el cuatro y las maracas.

Me dice el fotógrafo Juan José Niño O., que las ya centenarias Negreras arauquiteñas se realizan de manera principal en las vísperas del 8 de diciembre.
Del mismo modo me comenta, que en los tiempos presentes este bien cultural inmaterial está en riesgo de extinción. 



Aspectos de la celebración de Las Negreras arauquiteñas (fotos de Humberto Ibáñez Ríos)


































El Paloteo



Estampas del Paloteo araucano (fotos: Juan José Niño Ortiz) 
Llama la atención que el Paloteo de vieja tradición en la capital araucana, también está presente en lugares de la Costa Atlántica.

La popular fiesta es propia del 4 de diciembre, fecha patronal de Santa Bárbara de Arauca. En tal ocasión, las calles de la llanera ciudad se convierten en los escenarios de quienes efectúan el sonoro juego.


El Tameño Nato


Tame es uno de los municipios más antiguos de Colombia y por tal motivo preserva mucho patrimonio histórico y cultural. Como una manera de salvaguardar y divulgar este patrimonio cultural, todos los años, hacia el día de San José, los Tameños organizan las fiestas o encuentro del Tameño Nato cuyo evento central es un colorido desfile folclórico por las principales calles del pueblo. El evento trata de rescatar las tradiciones, la cultura y el estilo de vida de los antiguos pobladores del territorio.



Click aquí y vea video del Tameño Nato

El Encuentro carbavalesco congrega a los lugareños, turistas nacionales y extranjeros , que ven en el Tameño Nato, el encuentro más criollo y autóctono de los llanos de Colombia y Venezuela.


Los Matachines

En Támara, colonial pueblo ubicado en zona de cordillera casanareña, en la época de aguinaldos se cumplen las comparsas de los Matachines. 



Los trajes de los Matachines, su diseñador Tirso Forero luce uno de dichos disfraces (fotos: Óscar A Pabón M).

Esta tradicional actividad tiene como portador al señor Tirso Forero, quien diseña y confecciona los coloridos trajes para la realización de dicha expresión cultural en su pueblo, la cual que va del 16 al 24 de diciembre. 


Las Cuadrillas de San Martín

Las Cuadrillas de San Martín, Meta, sin duda alguna es la artística puesta en escena del territorio llano de mayor renombre en el contexto nacional.
De centenaria data es esta expresión popular, la cual se lleva a cabo en el mes de noviembre. Es la única de la región que está incluida en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país. 

Los Moros y los Guajibos, dos de los cuatro grupos personificados por los cuadrilleros del pueblo de San Martín (fotos: Óscar Alfonso Pabón Monroy) 




LA COROCORA - IBIS ESCARLATA - GARZA ROJA

Ave muy representativa de los llanos Colombo-venezolanos, la ibis colorada como también se le conoce en otros países del trópico, anida en colonias que pueden ser integradas por otras especies de ibis, grullas y garzas.


Su hábitat es fundamentalmente tropical y podemos encontrarla en las zonas pantanosas de Venezuela, Colombia o Brasil.Su espectacular color rojo es la característica más visible y es propio de ambos sexos, intensificándose con los años: Así podemos averiguar la edad del ave, cuanto más viejos, más rojo se vuelve su plumaje.


Comúnmente forrajea en bandadas de decenas de individuos. Cuando busca alimento sondea con el pico en el fango y en aguas poco profundas. Diariamente se mueve largas distancias entre los lugares de anidamiento o descanso y las áreas de forrajeo. Las poblaciones de esta especie efectúan movimientos estacionales de acuerdo con la oferta de cuerpos de agua y al volar usualmente los hacen en bandadas que generalmente configuran una formación en “V”. 
Se alimenta principalmente de crustáceos como de cangrejos de los géneros Aratus, Uca y Ucides. También incluye en su dieta moluscos, insectos, poliquetos del género Nereis y peces de la familia Cichlidae. 

La nidada usual consiste de dos a tres huevos, se registran cuatro, de color verdoso. La incubación toma unos veintitrés días y es efectuada por los dos padres.

En el ámbito internacional es considerada como una especie de preocupación menor. No obstante se encuentra incluida en el apéndice II en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES).


Fuentes: Naukas – Icesi. - Fotografías de Alex Guzmán Alvis

De las Vaquerías y los Trabajos de Llano.





Vaquero Guiando un Rodeo en los llanos Colombianos
Las Vaquerías Hace ya muchos años, cuando la tecnología no había avanzado tanto, cuando sólo había caminos reales y se arreaba el ganado por grandes distancias, era cuando existían los llaneros recios, verdaderos centauros del llano, hombres de toro, caballo y soga, héroes anónimos de los llanos. Aquellas Faenas ponían a prueba sus destrezas , pues durante las vaquerías, esos hombres dejaban el alma, y es que más que un trabajo, para ellos era una forma de vida. Con sus sombreros, sus tucos y sus alpargatas iban a meterle el pecho al llano, a tragárselo montados sobre un caballo y con un escapulario por corazón, esos llaneros vibraban en las

La Mula o Mulo



La mula o mulo es un animal híbrido estéril que resulta del cruce entre una yegua y un burro o asno. La mula ha sido muy utilizada en tareas que requieren de fuerza o resistencia, como medio de transporte, en la agricultura y sobre todo para llevar pesadas cargas a grandes distancias.
Detectan e identifican los peligros lo cual es una características que la hace mas apreciable y apropiada para las largas faenas.
Actualmente se ha sido sustituida por maquinaria agrícola y vehículos, por lo que hoy resulta difícil apreciarlas.
Estos ejemplares merecen el reconocimiento por haber contribuido en la historia a la fundación de grandes hatos, haciendas y pueblos a los largo y ancho de nuestro país.


LOS MONSTRUOS DE PARATEBUENO


LOS CUENTOS DE PASCUAL 

Mitos y Leyendas del piedemonte llanero
ALBERTO BAQUERO NARIÑO
© Derechos Reservados de Autor

Lo primero que pensamos al analizar nuestro extraño viaje fué en el encantamiento que se producía en el Pollo de Oro, por los tiempos en que el viento era parte del paisaje del joropo en la voz criolla de Teresita Pulgarín y en la voz romántica de Jimmy Ron con sus pasajes torrealberos. Nuestras sospechas eran fundadas porque un viernes, de aquellos en que se quiere parrandear, en el momento de solicitar una mesa para mis dos jóvenes amigos y yo, observamos que a poca distancia se hallaban departiendo tres hermosas damas. Como es natural en estos casos, nos sentamos en disposición de tirar corriente con la mejor postura, mostrando el perfil favorito, camino expedito a la conquista, a un polvito extraviado, quien quita que se aparezca la Virgen, o por lo menos miraditas, cogiditas de mano. Si hay besito, ya está listo el plato.

Así, les hechamos los perros, con todo el repertorio posible. A mí, me gustó una morena con cipote trenza, tetoncita, delgada pero maciza. Julio Daniel dijo que él prefería la pelirroja que estaba buenísima. Henry se quedó con la mejor, que tenía unas patazas tremendas y un tracero como para remallar costales. El despliegue de plumas fué amplio pero no logramos que pararan bolas. Incluso se fué hasta su mesa para invitarlas a la nuestra pero, nanai cucas. Entontes no hubo más remedio que colocar la doble transmisión: el poema. Eso si no podía fallar. Es más, jamás había fallado. Julio Daniel tiró la primera al puro pecho. Era una poesía que les daba bienvenida al llano y hablaba de navegar en las piernas de su hembra.
Esperé los efectos espernancadores de los versos y, nada. Yo les remití como diez y ni una miradita. Empecé a sospechar de nuestra fealdad porque hay días en que uno está feo, pero nó, no era esa la razón. La miadita que me pegué me sirvió para mirarme al espejo, peinarme y limpiarme el sudor. Mis amigos sin ser adonis, no eran esperpentos. De pronto se marcharon y jamás supimos nada. Al preguntarle al mesero sobre semejantes hembras él nos dijo que esa mesa permanecía vacía porque en ella murió hacía poco una bella mujer morena y de trenza. Alguien le metió un puñal en el abdomen y falleció, ahí mismito. Esa noche nadie estuvo allí. Poco después cerraron el establecimiento porque a unos guates les molesté el joropo. Yo entrevisté por esos días al Pollo de Oro, que me conto sus cuitas.
Por eso cuando nos hicieron ir hasta Paratebueno creímos que eran los sueños joroperos del Pollo de Oro. Esa vez, de nuevo en ese sitio y otro viernes, estábamos con el entonces flaco Salcedo y con el primo Julito cuando llegaron tres damas y esas si llegaron a nuestra mesa porque una era amiga del flaco.

En ese tiempo me había interesado en el conocimiento de la historia de las huestes de Guadalupe en la rebelión liberal llanera, en sus hazañas y en el infeliz término del proceso. Un lugar que se convirtió en baluarte de la guerrilla por esa zona del Upía, Medina, Paratebueno y de ahí en adelante por Casanare hasta Arauca en zona del Piedemonte. La familia Parra y en particular Alvaro Parra habla liderado la resistencia y tenía la plena confianza del comandante en jefe. El viejo Nacianceno León me comentó esa semanaque en Cumaral y en Paratebueno residían dos de los hermanos Parra. Nacianceno fué uno de los liberales que sufrió los rigores de la cárcel y fué subalterno de Alvaro. Los Parra entonces eran manjares de investigación. Esa fué la trampa del destino porque las chicas de un momento a otro resultaron familiares de los Parra y justo en esa noche iban para Paratebueno que celebraba sus fiestas patronales. Existía una motivación intelectual la cual se sumaba a la exquisita invitación que nos hacían para deleitar conocidos placeres que se vuelven mejores cuando de aventurar se trata. "No hay como estrenar culito!" se decía por esos tiempos.

Casi eran las dos de la madrugada, el aguardiente calentaba motores y el entrepiernaje por debajo de la mesa funcionaba, primero con choque de rodillas, luego rodilla adentro. Ese pasaje es sabrosísimo y lleno de expectativa. Si no funciona, se jode todo. —Vamos ya papitos y allá en Paratebueno nos desquitamos, gritaron en coro con esas bocas llenas de lascívidad.

— Vamos, exclamamos ansiosos.

Y nos fuimos en la camioneta. Adelante iba yo con mí gordita que me apercollé desde el principio. Atrás cuatro personas que trenzaban en un duelo de caricias y jadeos. En Cumaral ya el sueño me vencía y estaba mamao de manejar con esa vieja encima. Soñaba con pasarme atrás y olvidarme del timón. Una de ellas tocó el tema de los cadáveres que aparecían cuando se trató de pavimentar la vía de penetración que avanzaba hacia Casanare. Por ese tiempo de los años 50’s la estrategia de la insurgencia bloqueaba el arreglo de la vía para preservar su enclave y esa prevención se mantuvo durante mucho tiempo hasta que surgió el proyecto de la Marginal de la Selva en 1.988 y se empezó a construir. Dicen que se terminará en 1.992.

Julio manejaba en la empolvada carretera llena de baches con una sola mano; mientras tanto, en medio de la lucha por bajar calzones, nos abrumaba un tremendo sueño, superiora poner el clavo donde el instinto mandaba.

La madrugada estaba próxima y casi llegábamos a Paratebueno De pronto vimos que a Julio lo besaba una calavera pero él parecía un robot conduciendo a paso lento. Cerré los ojos pensando en que a esas horas ya era muy cansón el forcejeo sin coronación, sumado a la somnolencia que achacaba a la hora. Cuando miré de reojo alcancé a ver el fémur que el flaco acariciaba y carecí de valor para mirar la mano que se deslizaba dentro de mis calzoncillos pero que estaba helada. Creí que hasta esa noche llegarían mis genitales. Quizá soñé que me los arrancaban de un jalón terrible.

Quedé mudo y me privé. Pude ver que Julio detenía el vehículo y el flaco se estiraba. Estábamos en Paratebueno. Pasarían tres horas cuando despertamos. Ya eran las ocho y sentíamos tremenda sed. Entramos a una tienda grande que estaba al frente y cada uno se tomó tres vasos de leche helada, delicioso manjar.

El señor de la miscelánea se nos presentó...

— Soy Enrique Parra, para servirlos a Ustedes. Bienvenidos a este pueblo llanero de Cundinamarca.

— Enrique Parra, de los hermanos Parra? interrogamos en coro.

— Si; por qué?

— Perdón nos sentamos! ya le contaremos! La increíble historia que no comentamos al despertar, era imposible de creer. Además nuestro aspecto daba pena. Cada quién pensaba que fué un sueño. Pero por qué estábamos allá? Si Señor allá en Paratebueno. Obnubilado recordé mi sueño —el de esa noche— en el que yo era un caballero templario y en el ritual ceremonial había que besarle el culo a 50 iniciados que naturalmente no se bañaban y los calzoncillos se los quitaban con agua caliente. Tuve náuseas. Desfiló por mi mente Paracelso acompañado por Nostradamus que llevaban un pergamino con los secretos del más allá.

El frío de los huesos agarrando mis güevas, todavía lo tenía entre el alma.
Don Enrique se sonrió observando tal vez la tremenda jala y el horrible guayabo que aparentábamos.

— Hace un mes celebramos las patronales con mariachis, corrida de toros, cabalgata y juegos pirotécnicos. Vinieron lindas chicas y Don Hernán Braidy presidió las ferias.

Luego de un tiempo prudencial como de una hora le contamos a Don Enrique nuestro sueño y él entonces se puso severo, pálido, y pidió una botella de sello negro y dijo...

— Yo invito muchachos. Ustedes están vivos de puras vainas! Y del pipí como andan?

— Como así? Yo pensé en esa mano fría que me acarició y me toqué. Estaba completo!

— Si. Hace poco más de 40 años hubo muchos muertos en esta carretera. Una vez asesinaron a unas putas que venían para las ferias y su agonía fué de varios meses, porque primero las hicieron parar a cuanto viajero pasaba para asaltarlo y después sirvieron de catre a más de 8.000 hombres que las fuerzas de defensa apostaron en la vía para controlar la insurgencia. Sus ánimas en pena suelen apostarse en los bebederos de Villavicencio o de Cumaral e invitar a la gente a las fiestas de Paratebueno. En el camino, luego de acariciarlos, les arrancan las güevas y el pájaro. Las víctimas se desangran o quedan locas y con una tronera muy berrionda. Ustedes se salvaron porque querían conocer la historia de los hermanos Parra, y las putas de ese tiempo eran liberales. Si Ustedes solo vinieran atraídos por las ganas de culiar, ahora les estuviéramos mirando el hueco.

Muchas de las mujeres que nos visitaban servían de correo hasta que un policía encontró un documento entre un sostén. Por esos días las pobres putas pagaron pato, concluyó el Señor Parra.

El regreso fué demasiado lento aunque íbamos como el alma que lleva el diablo y como perro apaliado, con el rabo entre las piernas.

Pascual me había advertido en una de sus narraciones que en la vía a Paratebueno asustaban y que tuviera cuidado en aceptar invitaciones de mujeres bonitas para ir a las fiestas de Paratebueno. Pascual me cuida porque es buen amigo y no desea que me vaya lejos cuando me tomo unos traguitos, había pensado. De ahora en adelante le haré caso. Pero una noche le recordé...

— Pascual, por qué es peligroso viajar de noche a Paratebueno y con viejitas?

— Veo, Doctor que a Usted no le gustan sus güevas! contestó burlándose.

— No siga Pascual. Mire que ese, es el único cuento que me las enfría. Claro que me gustan, y el pájaro, me ha salido muy bueno!

LA GRAN REGIÓN DEL ARIARI. Departamento del Meta - Colombia


Panoramica de las vegas del río Ariari desde el Municipio de El Dorado.

La región del Ariari en el departamento del Meta es una de las zonas mas ricas y fertiles para un promisorio desarrollo agropecuario. Incorpora tres zonas. La zona del Alto Ariari con una colonización estabilizada, esta compuesta por El Castillo, el Dorado, Cubarral, San Martín y Lejanías.

La segunda zona conocida como el Medio Ariari que vincula a los municipios de Fuente de Oro, San Juan de Arama y Granada siendo la segunda ciudad del Meta y núcleo que polariza su desarrollo y las áreas extensas hacia San José del Guaviare.




Montaña del Indio Acostado en San Juan de Arama.

Finalmente la zona del Bajo Ariari, compuesta por los municipios de Puerto Concordia, Mapiripan, Puerto Rico y Puerto Lleras esta zona registra problemas similares como voluntades asociativas manifiestas en una ubicación apta para el desarrollo primario de la economía.


Río Ariari bajando de la cordillera Oriental en el Municipio de Cubarral.

El Ariari se consolida como un modelo campesino donde la colonización es el factor determinante en el proceso de ocupamiento del espacio subregional.

Durante décadas su crecimiento poblacional es el resultado de las ondas migratorias del interior del país orientadas hacia sus territorios rurales y , en consecuencia , su dinámica económica se sustenta en el suministro de bienes ,salario para la economía nacional , movilizada en condiciones precarias de infraestructura pública y de presencia estatal para salvaguardar las condiciones
básicas de reproducción social.



La Leyenda del Centauro


LOS CUENTOS DE PASCUAL

Mitos y Leyendas del piedemonte llanero 
ALBERTO BAQUERO NARIÑO © Derechos Reservados de Autor
Los tiempos de mi muerte coinciden con el despido de los Jesuítas del territorio llanero en 1767 y la pérdida consecuente de esa enorme economía que generaban las Reducciones, cuyos asentamientos más importantes en Colombia estaban en Casanare. Su empuje hizo temblar la difícil economía del Virreynato y las intrigas fermentaron el fruto de la expulsión. Las rivalidades entre Dominicos, Franciscanos y Jesuítas carecían de fronteras y límites. Con ello, el territorio llanero perdió el impulso de su economía y el río Meta se convirtió en una vía abandonada. Orocué que llegó a tener 6 consultados ahora parece un pueblo fantasma, como dicen que soy yo. Se perdieron los cultivos de yuca y Tique; se abandonaron los ganados y las enormes plantaciones aún existentes de cacao. Se destrozaron las instalaciones y llegó la ruina. Los Jesuítas habían permanecido 106 años y habían enseñado grandes cosas a los indígenas.

Dos siglos después en 1886 todo en Colombia se volvió Santa Fé, Río Magdalena, café y Cartagena, olvidando todo lo demás, gracias a Don Rafael Núñez y su centralismo a ultranza.

Los Jesuítas llevaron a sus Reducciones alguna gente de otras regiones para apoyar el desarrollo de ciertas formas de trabajo y ciertos hábitos como los de pesca y así llegó mi padre, hijo de negra y español, a estas tierras. Centauro soy desde ese tiempo, pero Centauro de veras.

Ya lo verán en mi historia. Desde aquellos tiempos suelo adornar con trenzas a las yeguas para que se vean más bellas y se parezcan más a mis hermanas, mis hermanas humanas. También las enamoro y por eso ellas rechazan a cualquier potro por lindo que sea. Yo las beso y las acaricio con mis patas y mis manos. Además les traigo ración bien buena, la mejor del universo. Mi cuerpo invisible las puede gozar, por eso gimen y relinchan en las noches cuando no llueve. No quiero la lluvia porque morí en un aguacero y por eso aunque acá habito, salgo poco.

Recuerdo cuando nací en Caribabare, hoy tierras de Hato Corozal, la Hacienda más importante de aquellos Jesuítas y cuando me mataron. Mi madre era una potra Zaina, tan hermosa que hasta le hicieron canción. Eran por ese entonces 15.000 cabezas de equinos las que tenía la próspera hacienda. Y mi padre un hombre inmenso venido de la Costa Atlántica a quien le gustaba, como a todos por allá, poseer a los animales. Y yo fuí el hijo de aquella pasión, porque mi padre la gozaba y hasta la quería con amor humano. Sinembargo, lo ocultaba como los Jesuítas a sus hijos a quienes les decían sobrinos.

Y nací como un Centauro: todo el cuerpo de caballo, en vez de cuello y cabeza equinos, aparecía un tronco humano completo que remata con mi testa de costeño, también humana. Mi corta vida fué cruel: mi padre me escondió durante algún tiempo; pero aprendí a hablar oyéndolo a él; entonces me dió por llamar a mis hermanas que se peinaban con trenzas. Al principio no sabían quien las llamaba y cuando supieron casi se mueren del susto. Poco a poco me hablaron sobre las costumbres de la gente y me enseñaron otras cosas. Quisieron enseñarme a cantar pero los centauros no podemos cantar. Mi madre la potra Zaina, se enloquecía cuando me veía y por eso mi padre se la llevó bien lejos. Creo que la vendió o la regaló con la única condición que se la llevaran a donde no la pudiera encontrar. Pero las otras yeguas sentían una extraña sensación al verme, pues se ponían en celo. Cuando cumplí cuatro años ya estaba para servir y esas eran las angustias de Toño mi padre, que desde que nací contaba los minutos y las horas, pensando en que su pecado se multiplicaría creando otros centauros o quien sabe que monstruos. Pero ya era tarde cuando él se percató de mis andanzas y no era mi culpa.

Ellas, las yeguas, me buscaban oliéndome el sexo y dándome allá besos y mordiscos de amor hasta que no había más remedio que servirlas. Y así, pronto las había poseído a todas.

Ningún caballo se atrevía a disputarme esos momentos, ni otros, porque las yeguas solo querían que yo las cabalgara y porque éllos sentían hacia mí un temor de caballo, temor que dura siempre. Algunas se desmayaban de felicidad y supe así que era mejor servidor que el mejor padrote y eso se lo debo a mi herencia humana, a uds huellas de caribe. Esa fue la causa directa de mi muerte. La angustia de mi padre fué infinita y enloqueció al conocer mis andanzas (los Jesuítas jamás supieron de mí porque viví escondido y Toño sufría cuando tenía que enseñarles como se hacía con los animales).

Yo mismo le conté porque no me pareció que fuera malo. Entonces empezó a sentirse abuelo de todos los partos de yegua, de la cosecha de engendros que iba a darse y la emprendió con una varilla contra mí. La primera en partirse fué mi débil cabeza de guajiro por donde me desangré hasta morir.

Mis hermanas oyeron mis lamentos de Centauro moribundo y me consolaron diciéndome que seres como yo habían existido antes y que en Grecia fueron dioses y que en el llano harían posible la emancipación de España y que yo estaría retratado en el Escudo del Departamento del Meta y que todo llanero que se respete aspiraría a ser un Centauro y que mis hijos estaban sembrados en las 50 yeguas del Hato Grande, en las 24 de Hato Canaguaro y en las l8 de Vanguardia.

En una sola noche Toño, mi padre, cegó la vida de 88 yeguas, matándolas de dos tiros en el vientre y uno en la cabeza buscando asesinar también a mis hijos. Pero le quedaron cuatro que no pudo encontrar esa noche, ni las otras de ese año, ni del siguiente, ni del otro. Se volvió el asesino de todas las yeguas muy buscado por la policía y por los dueños de caballerizas con orden y permiso de matarlo. Jamás pudo saber sobre la esterilidad de los centauros, pues en cierta forma somos afines a los mulos.

Su angustia solo era comparable a aquella que sentimos los animales cuando vemos a los hombres con sus escopetas de cacería e impotentes contemplamos la muerte de las especies animales.

Desde entonces, hace ya 215 años, deambulo haciendo trenzas a las yeguas que me gustan y haciéndolas gozar. A la que cojo, la engordo pero no dá cría. Quienes saben de mí y adivinan la causa de las trenzas, le cortan la crin a mi adorada y con eso me espantan. En el piedemonte, donde más me gusta estar, hay un tal Pascual que me conoce. Por eso solamente persigo a la yegua de Don Hernández, que es sonsa, no la cuidan mucho y además es algo vieja . Pascual lo sabe.

Estoy cansado. Mi cuerpo de caballo no se llena con nada y solo acepta vegetales. Deseo ardientemente carnecita asada y arrocito. Son pocas las casas donde dejan algo entre las ollas y menos en donde saben de mi presencia. Dejar algo en las ollas es atraerme y dizque doy miedo, a pesar que no hago nada malo.

Mi pena terminará cuando nazca otro centauro como yo. Por eso ruego al cielo que se importe al pié de monte llanero, una buena manada de costeños, ojalá bien grandes como Toño, Toño Saltarín, para que practiquen acá aquello que por allá se acostumbra hasta con las gallinas; puede que nazca mi reemplazo. A Casanare no regresaré nunca porque además de recordar mi tragedia recordaré como eran de lindas esas haciendas y lo bien que estaban los indios, hoy casi exterminados, cuando las dirigían los Jesuítas, a pesar de lo cacorros que eran.

Ahora estoy por esta vereda de El Carmen, y me quedaré unos 50 años más, mamándole gallo al tal Pascual, porque él prefiere trenzas a ver una yegua flaca. Además yo no lo jodo. Mi asunto es solo con las yeguas. El de él, es con las burras.