Sección Desde Llano Adentro

EL CHIMÓ - VICIO DE ESCUPITAJOS



Mientras en el interior de Colombia la gente que es adicta a la nicotina fuma cigarrillos, en el Llano se saca una pella de chimó, la pone bajo la lengua y se empieza a marcar territorio a punta de escupitajos.

El chimó es una mezcla negra de tabaco y ceniza de madera que se convirtió desde su aparición en la época de la colonia, en parte de la cotidianidad de muchos llaneros. No importan edad, sexo o estrato social.

Cada dosis se denomina pella y varía dependiendo del consumidor o escupidor. La pella se pone debajo la lengua y de ahí en adelante empieza el maravilloso placer de escupir a diestra y siniestra.

Dopaje criollo - Cuando se va a trabajar en el campo se mete una pella y no da sed, no se cansa y el sol no molesta. El chimó no afecta la memoria, pero sí quita el cansancio, la sed, el hambre, el frío y deja una sensación de ánimo y euforia, a la vez que acelera la tensión arterial.

No todos han tenido buenas experiencias con el mágico producto. Muchos lo han probado y primero les rasca la garganta, después les duele el estómago y seguido les produce diarrea y vómito prolongado.

Algunas jóvenes que tienen novios adictos al chimó, aseguran que mientras ellos tengan la pella en la boca no lo besan, solo le dan piquitos y confiesan que se demoran por lo menos un mes en acostumbrarsen a verlos escupir mientras las llaman mi amor.

El chimó se vende libremente en las tiendas y la materia prima para la elaboración del chimó es el tabaco.

Su proceso de preparación o aliñado del chimó como se conoce también, inicia cuando las hojas de tabaco están listas para la recolección, se escogen las mejores, las cuales, tras un proceso de secado por varias semanas, se hierven hasta obtener un líquido espeso, que se revuelve con las cenizas de madera de bucaré o barbas de tigre, dos especies vegetales propias de la región de los llanos.

Los ingredientes se revuelven, hasta que se obtiene una pasta semiconsistente que finalmente se empaca para distribuirla al público en variadas marcas entre ellas: el Fiero, Toro Loco, La Pantera, Matacaimán, Cahilapo. Viene en las presentaciones del bojote, una barrita envuelta en plástico, la cajeta y un tarro o frasco pequeño. La duración depende de cada consumidor. En Arauca existen al menos 15 productores y un número indeterminado de consumidores que se han dejado contagiar por la fiebre de chimó.

Según los expertos, la sustancia no está registrada entre los alcaloides ni es conocida en el interior del país, pero podría ser altamente cancerígena, por la concentración de nicotina que posee. Pero aunque su consumo es generalizado, no se conocen estudios para establecer a ciencia cierta hasta dónde puede llegar su poder tóxico. Médicos especialistas han advertido que los escupidores de chimó podrían ser víctimas más comunes del cáncer de esófago y de cavidad bucal, pero hasta el momento no existen cifras contundentes al respecto.

Fuentes de Consulta: Martha Rojas y Enrique Meléndez “El Tiempo”
Fotografías de Alex Guzmán Alvis - Chimó el Toro - bocono.wordpress



1 comentario:

colo dijo...

me gustaria contactarme

Publicar un comentario