Hacia el año de 1661 se fundó y fue una de las prosperas haciendas Jesuíticas que se formó con capital indígena pertenecientes a las etnias de los Tunebos, Achaguas y Giraras. En San Salvador los Jesuitas fueron artífices de sus espacios sociales y económicos, siendo esta hacienda un modelo de organización ganadera de las regiones llaneras.
San Salvador estuvo dotado por los Jesuitas de escuelas, talleres artesanales, habiendo sido un centro de enseñanza no solo de fe, sino de letras, música, pintura, escultura y oficios artesanales.
Fue un floreciente puerto a orillas del río Casanare desde donde se realizaban intercambios comerciales con las demás misiones Jesuíticas, gracias a la gran red hidrográfica de la cuenca del Orinoco.
San Salvador estuvo dotado por los Jesuitas de escuelas, talleres artesanales, habiendo sido un centro de enseñanza no solo de fe, sino de letras, música, pintura, escultura y oficios artesanales.
Fue un floreciente puerto a orillas del río Casanare desde donde se realizaban intercambios comerciales con las demás misiones Jesuíticas, gracias a la gran red hidrográfica de la cuenca del Orinoco.
Según la historia en1767 los jesuitas fueron expulsados de sus misiones en América por el Rey de España Carlos III, orden real que se promulgo para las misiones que ellos habían fundado en todo el reino de la nueva granada (Hoy territorio Colombo-venezolano).
Habiendo poco plazo para su salida y éxodo del Reino de la Nueva Granada, los Jesuitas emprendieron el proyecto de poner a salvo de la corona española, todas las enormes riquezas que habían producido con las fundaciones, misiones y haciendas en todo el reino.
Fue así como en secreto empezaron a trasladar y acopiar desde diferentes regiones del reino, enormes cargamentos de riquezas hacia San Salvador del Puerto del Casanare. El Padre Manare miembro de la orden fue el encargado de llevar a cabo tal proyecto.
Cuenta la leyenda que en la casa cural de San Salvador se acopio dicho tesoro y el Padre Manare dispuso un lugar en las sabanas de Caribabare no lejos de San Salvador, donde y con la ayuda de varios indígenas hicieron una excavación en la cual construyeron con mampostería una gran bóveda y allí depositaron el monumental tesoro.
El Padre Manare para estar seguro que quedaría bien oculto de la corona española, hizo cambiar el curso del caño Caribabare que pasaba cerca del lugar, para que su caudal pasara por siempre sobre el entierro del tesoro.
Alrededor de esta historia poco documentada en escritos de la época, y que ha pasado de generación en generación, se cuenta que el Padre Manare para estar bien seguro que el tesoro nunca se descubriera y borra cualquier vestigio de su existencia, sacrifico a todos los indígenas que le ayudaron en este proyecto.
Sobre esta historia también se especula que en 1944 la compañía petrolera Troco adelantando tareas de exploración halló el tesoro y lo saco del país secretamente. Otras referencias dicen que el tesoro Jesuita esta enterrado en varios lugares de las llanuras. Quiza nunca se descubra el misterio y los secretos del tesoro Jesuita, por ahora es una leyenda que después de mas de 2 siglos de historia aun esta en el imaginario de quienes saben de esta leyenda.
Fuentes:Un reino en la frontera: Las Misiones jesuitas en la América colonial Editado por Sandra Negro Tua, Manuel María Marzal.
De la tradición y el mito a la literatura llanera.
Autor: Temis Perea Pedroza
Profesor Jairo Ruíz Churión.
Fotografías de Alex Guzmán Alvis.
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