Sección Desde Llano Adentro

EL PIEDEMONTE LLANERO


Morichales a 20 Kms de la cordillara oriental en Villavicencio.

El terreno ubicado en la base de la vertiente oriental de la cordillera Oriental, conocido como el piedemonte llanero, es una estrecha franja ubicada entre los 700 y 500 msnm, que tiene un clima típicamente llanero, con temperaturas medias de 23 a 30 ºC y un régimen de lluvias biestacional con 3.000 a 4.000 mm de precipitación anual.
Se formó a finales del Terciario y durante el Cuaternario —entre cinco millones y 10.000 años— por el poderoso transporte de rocas y detritus que descendieron a través de los cañones y valles montañosos y se depositaron en el pie de las montañas formando abanicos o conos de deyección; los sedimentos más finos llegaron a una gran distancia de la cordillera. En el Pleistoceno —entre 600.000 y 10.000 años— se levantó todo el bloque de tierras al oriente del río Meta, lo que formó la altillanura, una franja plana a la que no llegaron más sedimentos aluviales. Los movimientos tectónicos que levantaron el borde de la cordillera, en ciertos sectores elevaron los abanicos y el terreno plano se inclinó hacia la montaña, de tal manera que en dirección al llano quedó un escarpe abrupto, como el que se observa en algunas serranías bajas cerca de Yopal; posteriormente los procesos erosivos se encargaron de modelar el terreno para generar diferentes formas de relieve, como terrazas escalonadas, terrazas planas y profundamente disectadas por amplios valles y pequeñas serranías.
Morichales en la hacienda Apiay. 20 km de Villavicencio.
Durante cada creciente los ríos aportan en el piedemonte nuevos materiales que se depositan sobre el cono mismo, formando una extensa zona de explayamiento con un cauce trenzado que en algunos casos puede alcanzar cientos de metros. Debido a los flujos torrenciales y a su desborde, el terreno del piedemonte se torna inestable, lo que representa una gran amenaza para la vida, los ecosistemas y las obras de infraestructura; según el profesor Antonio Flórez, sus principales causas son las siguientes:
  • La sismicidad característica de la zona favorece los deslizamientos y movimientos en masa y el consecuente aporte de materiales hacia los conos de deyección.
  • Las cuencas hidrográficas en las montañas tienen fuertes pendientes y por lo tanto su capacidad de carga es alta.
  • La disminución de la pendiente en el piedemonte hace que las corrientes divaguen, lo cual genera inestabilidad en los cauces —se forman algunos nuevos y otros desaparecen—.
  • La destrucción de la cobertura vegetal hace que el escurrimiento del agua sea más rápido y aumenten la disección y el transporte de material.
Articulo tomado de Inmeditores.
Fotografías de Alex Guzmán Alvis.

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