Cuando Don Emiliano Restrepo Echavarría, compró los terrenos de la Hacienda Vanguardia por allá en los años de 1860, fue el primero en introducir desde el Brasil el pasto Pará, o Catingueiro para hacer potreros de ceba convirtiéndose en el pionero de la cría y levante de ganado en la región. Luego importó de Inglaterra 7 ejemplares de vacunos Shorthon y los cruzó con vacas criollas Casanareñas. El resultado, ganado de doble propósito: carne y leche.
Finalizando el siglo XIX, en los Llanos de San Martín la Compañía Extractora de Recursos Naturales Colombia, de propiedad de los señores, Uribe y Lorenzana, importaron también desde Inglaterra 12 ejemplares vacunos Hereford, que igualmente lograron mezclar genéticamente con ganado criollo Casanareño.
Vaca con rasgos de ganadería Casanareña. |
El fruto de este cruce fue también un ganado doble propósito que posteriormente fue cruzado con el producto del Shorthon por Casanare y el resultado de esta mezcla dio origen al ganado Sanmartinero. Así fue el nacimiento de la raza vacuna sanmartinera, cuya proporción genética es 25% de Shorthon, 25% de Hereford, y 50% de criollo Casanare. Este afortunado cruce se logró gracias a los nobles propósitos de don Emiliano Restrepo Echavarría y de los señores Uribe y Lorenzana.
De esta manera la ganadería llanera de la época logró ser más competente en los mercados de Bogotá.
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