EL
CAIMAN LLANERO
(Crocodylus
intermedius)
De gran tamaño ha llegado
hasta 7 metros de longitud y 430 kilogramos de peso las hembras de menor
longitud llegan a los 200 kgs. Es un cocodrilo pero tradicionalmente y con el
tiempo quedo denominado por los habitantes de la región de los llanos como caimán
llanero.
Cronistas españoles de la
época de la conquista en el Orinoco, aseguraron haber visto ejemplares de más
de 8 metros de longitud y en grandes cantidades a las orillas de los ríos de la
cuenca del Orinoco (nunca se sabrá si se trataba del mismo (Crocodylus
intermedius).
Se distribuye en el Orinoco
colombiano y venezolano; en nuestro país, se localiza en los ríos Ele, Cravo
Norte, Lipa, Casanare, Guayabero, Tuparro y Orinoco. La época de reproducción
se da entre diciembre y abril; en las playas de lagunas o ríos hacen sus nidos
y la hembra puede depositar entre 40 y 70 huevos permaneciendo cerca vigilando.
Según un artículo publicado
en la revista Trocha de febrero de 1976 y escrito por el científico
investigador Federico Medem de la Universidad Nacional de Colombia y jefe de la
estación tropical Roberto Franco, en tiempos
pasados el caimán del Orinoco fue sumamente abundante en ciertos ríos especialmente en el
rio Meta y sus grandes afluentes, menos en el Vichada Guayabero- Guaviare,
posiblemente debido a la presencia de los grandes y extensos raudales de
Maipures y Atures que forman hasta
cierto punto una barrera natural aunque no absoluta.
La caza masiva comercial
empezó en los principios de 1920 y aumento en 1933 y 1934 y continúo hasta
principios de 1950 aproximadamente cuando fue abandonada por falta de la
materia prima en cantidades explotables. Varias compañías extranjeras
especialmente francesas estaban operando en el Meta y Casanare, y los
negociantes venezolanos con sus equipos de caimaneros se encargaron de explotar
el rio Arauca y los demás situados en esa región siendo San Fernando Del Apure
el sitio principal del comercio.
Faltan todas las cifras
oficiales sobre la exportación de pieles a Europa y Estados Unidos, pero según
datos obtenidos por parte de antiguos comerciantes y caimaneros la cifra de
caimanes cazados superó los 350.000 ejemplares.
Esta explotación en forma
altamente insensata de un recurso natural de valor comercial tuvo un impacto
altamente destructivo en las poblaciones de Caimán del Orinoco en los llanos
orientales, sobre todo porque la caza continuó después de la retirada de las
compañías extranjeras y los habitantes de la región continuaron matándolos uno
por uno.
En el año de 1959 la caza de
caimanes fue prohibida totalmente pero ya fue tarde y fue hasta 1969 que se
formularon las leyes para su protección pero no había funcionarios para
contralar y hacer respetar estas leyes.
Continua diciendo el artículo
del científico investigador Menen que: “En tiempos pasados el caimán llanero
era un recurso natural de gran valor comercial, pero, además constituía un
elemento faunístico típico de los llanos orientales. Sinembargo durante los
últimos 30 años ha sido virtualmente exterminado en la forma más insensata por
la caza comercial de pieles (a pesar de que uno piensa que los negociantes y
exportadores para no acabar con la materia prima de sus negocios). Cuando en
los años 50’s ya los caimanes estaban escasos, se empezó con la caza comercial
de la baba o babilla (caimán sclerops) hasta que ella también quedó
virtualmente extinta en extensas áreas de los llanos.
Ambas especies constituyen,
además, un factor básico para el equilibrio de la cadena de nutrientes en
relación con los peces de valor comercial, según estudios realizados por el
INPA “Instituto nacional de pesquisas da Amazonia” en Manaos Brasil 1973,
resulto lo siguiente: los pescadores de cierta región del Amazonas pensaban que
con la disminución o exterminación de dos especies de Jacarés (Babilla y Caimán negro)
la cantidad de peces aumentaría pronto. Pasó todo lo contrario y los
científicos del instituto encontraron las causas aproximadas: Las babillas
prefieren las aguas mansas y por eso viven en lo principal en lagunas y
remansos.
Los excrementos del caimán y
la baba atraen gran número de insectos acuáticos además de cangrejos, caracoles y bacterias los cuales
se alimentan de este excremento. Al mismo tiempo la gran mayoría de especies de peces desovan en estas lagunas, remansos y
aguas estancadas con vegetación flotante. Tan pronto como nacen los alevinos
(larvas de peces) tienen abundante alimentación debido a la presencia de estas
larvas, denominadas en su generalidad plancton.
En caso de que la gran
mayoría de babilla y cocodrilos estén exterminadas faltan sus excrementos y
subsecuentemente los alevinos de los peces ya no encuentran las cantidades
suficientes de partículas nutritivas para sostenerse; un gran numero muere y
finalmente los peces disminuyen en forma alarmante más y más durante os últimos
años.
Se nota claramente que la
falta de las babas y caimanes es una causa para la escasez de peces
comercialmente explotables. Eso se llama la cadena de nutrientes ecológicamente
equilibrada, es decir, la falta de uno de sus eslabones produce un desequilibrio
que no solamente afecta este eslabón en particular (matanza de babas y
caimanes) sino también a los demás (la ausencia de peces por falta de
alimentación para sus alevinos).
Evidentemente eso mismo
ocurrió en los llanos orientales y otras regiones del país, ya que las
subiendas en los ríos Guaviare y Meta, todavía impresionantes en los años de
1956 y 1959, mermaron y todavía merman de manera discernible todos los años
como nos costa.
El científico investigador
Federico Menen realizó estudios sobre la biología de los cocodrilos desde el
año 1950 y en 1974 y 1975 realizó un censo aproximado sobre el caimán llanero
desde el Arauca hasta el Guayabero y Guaviare, inspecciono también el área
entre Yopal y Cravo Norte, las bocas del Casanare, las bocas del Cusiana y
Yopal sobrevolando los ríos principales sin haber podido detectar un solo
caimán del Orinoco”
Investigadores están de
acuerdo que un método en la recuperación
de sus poblaciones es hacer centros de cría para luego liberarlos en su hábitat natural, pero desde luego este
proyecto requiere de mucho esfuerzo, apoyo financiero y culturización y
concientización de los habitantes de la región.
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Fuentes
citadas para la creación de este artículo:
Revista
Trocha Febrero de1976 – Prensa Verde - Opepa.org – Asociación Chelonia.
Fotografias
de: Photo sharing – chelonia.es – 3bpblogpots.com – opopa.org. - Gustavo Romero
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