Las
primeras ganaderías se establecieron hacia 1540 en las misiones Jesuíticas de
Surimena, Casimena, San Miguel de Macuco y Guanapalo, donde los indígenas
evangelizados aprendieron el manejo del caballo y del ganado. Las haciendas más
antiguas Caribabare, La Yeguera, Tocaría, Cravo, se desarrollaron en el siglo
XVI; la ganadería extensiva y la necesidad de controlar grandes extensiones de tierra, generaron conflictos con los indígenas y provocaron profundas
transformaciones en su cultura.
Fundaciones Jesuíatas en los Llanos Colombianos. |
A partir
de este desarrollo en el territorio se conoció la carne asada bovina, y los
diferentes oficios del manejo bovino que implicaba la ganadería.
Aquellos bovinos que se apartaban del rebaño tratando de escapar del rodeo,
eran tomados por la cola y derribados por una nueva raza de hombres, principalmente mestizos, de la noble mezcla del indígena, Negro y Español, que empezaban a ser llamados, "Llaneros".
Entre
toda esta nueva cultura ganadera se genera la coleadera, con estos vaqueros que entre el trabajo y la diversión median sus capacidades y
habilidades coleando y derribando los toros en las extensas faenas
y con destreza también utilizaban lanzas
para manejar el ganado.
Los lanceros llaneros de Colombia y Venezuela
en las guerras independentistas demostraron su gran eficiencia estratégica
combatiendo con la lanza.
Desde luego, enlazar, apartar, curar el
ombligo y demás tareas básicas también se practicaron
desde toda esta nueva cultura ganadera se genera la
coleadera, con estos vaquero s que entre el trabajo y la diversión
median sus capacidades y habilidades coleando y derribando los toros en
las extensas faenas.
Más adelante cuando
se inició el intercambio comercial de ganadería con los extensos
viajes de ganadería desde lo que es hoy los llanos de Venezuela a San Martín de
los Llanos, ya estaba generalizado el oficio del "vaquero" y
todo lo relacionado con la cultura ganadera.
Toros Coleados en las Fiestas en Honor a San Fernando Rey, Ospino, Estado Portuguesa, año de 1940. |
A
finales del siglo XIX y entrados bien en el siglo XX, el coleo era todo
un espectáculo que el público conocía, aplaudía y se
realizaba cerrando las calles en los pueblos llaneros. Aparte de la
demostración de la habilidad para derribar el animal, el otro atractivo era la
adrenalina que se liberaba con el peligro de un bravo toro cimarrón
desbarajustado por la calle, dispuesto a arrollar al peatón desprevenido
o a un envalentonado borrachín en fiesta patronal.
Estos
encuentros de coleo se hicieron muy populares a nivel internacional entre
Colombia Venezuela y en la celebración de las fiestas patronales. No se
sabe con precisión cuando se dejó de realizar el coleo en
las calles por el evidente peligro que esto representaba y así seguramente
fue trasladado a las mangas de coleo o corrales en forma de corredor para
hacerlo más seguro.
El Coleo es un mito inscrito indeleblemente en el alma popular del Llano es una fiesta de valor, de alegría y de belleza, para ser buen coleador se requiere de aptitudes especiales; el jínete debe ser vivaz, elástico, de buen pulso y buen ojo, "el caballo debe ser rápido, arrimador y con fortaleza”.
Coleo en la manga escenario donde hoy se realiza. |
La historia nunca podrá afirmar en
donde y que lugar de los llanos Colombo-venezolanos nació el coleo
y quienes fueron los primeros coleadores, pero desde tiempos inmemoriales hubo
intercambio cultural continuo entre los llanos de Colombia y
Venezuela por medio de estos viajes de ganadería, de allí la
similitud en la música y otros aspectos
culturales.
Alex Guzmán Alvis.