Sección Desde Llano Adentro

EL SILBÓN



LOS CUENTOS DE PASCUAL
Mitos y Leyendas del piedemonte llanero

ALBERTO BAQUERO NARIÑO

EL SILBÓN
Ya entrado el atardecer y mientras tomábamos guarulo, mezcla de agua de panela y café, de nuevo le solicitamos a Pascual Herrera "Campesino de las montañas de Oriente de Cundinamarca, por más señas de Puente Quetame" que efectuara el consabido relato sobre los duendes que empiezan sus penitentes andanzas, entre las 8 y las 12 de la noche de todos los días. Las montañas desde donde contemplábamos el horizonte llanero "aquella extensa tierra plana que nos invita a cada instante" son el lugar donde vivimos, Villavicencio, capital de frontera interior, cuidando las vaquillas lecheras, las gallinas, los naranjos, los mandarinos, las pequeñas plataneras, el cacao, los cafetos y uno que otro marranito. Eran lugares de la antigua hacienda El Buque, de los Convers, que a principios de 1900 tenía plantaciones de café, caña de azúcar, trapiche, una Pelton para generar energía y una ganadería poderosa.
La casa de la Hacienda fué canibalizada, destruida, cuando llegó "el progreso". Se ferió todo. Ahora tan solo es una ruina miserable invadida por una urbanización. Igual pasó con las haciendas de Vanguardia de don Emiliano Restrepó a finales del siglo XIX, y Apiay, la gran hacienda de los Jesuítas por estos lares, en 1680.
— Los duendes —empezó Pascual— son caminantes noctámbulos, que no han encontrado la paz de los sepulcros y anhelan nuevas compañías para su interminable peregrinación. Son los mensajeros de la otra vida, sin figura corporal como nosotros.
— Quizá en su existencia material cometieron una gran falta, un gran pecado; tal vez, cuando fueron humanos hicieron pactos de magia negra para cumplirlos en la muerte. Pueden ser también almas errantes victimas de la herencia o arrepentidas por haber disfrutado desaforadamente las veleidades de un mundo cruel, que desde luego, jamás entendieron. Son espíritus condenados a permanecer andando en pago por acciones perversas de sus cuerpos anteriores, así dicen.

EL PÁTO GUIRE O GUIRIRÍ. (Dendrocygna viduata)

Este simpático animalito recibe varios nombres dependiendo de la región o país donde se encuentra; sirirí cariblanco, sirirí de la pampa, suirirí cariblanco o yaguasa careta etc. En los llanos de Colombia y Venezuela se le nombra como Guirirí o pato guire. Este pato mide unos 50 cm de largo, tiene una envergadura de sus alas de aproximadamente 90 cm y llega a pesar 700 y a veces un poco más. El plumaje es similar en ambos sexos por lo que es algo difícil distinguir la hembra del macho a simple vista.

El pato guirirí es natural de Africa y America, se encuentra desde Costa Rica, y en sur América en Colombia, Venezuela, las Guayanas, Amazonas, Chile, Perú, Argentina, Uruguay hasta Bolivia, siempre desde el nivel del mar hasta los 1000 mts de altura.
Recorre grandes distancias buscando alimentación y las lagunas y esteros en épocas de lluvias, también es común encontrarlo en las orillas de los ríos y zonas anegadas. 
Durante la noche vuelan y se puede sentir su actividad que la evidencia el sonido que hacen en grandes grupos “guirirí…guirirí…guirirí”, otros aseguran que su sonido es sirirí...sirirí y así le denominan en otras regiones. Convive tranquilamente en su habitad con otras especies de patos y otras aves, se destacan en las lagunas por ser numerosos.
Comúnmente el nido lo construyen entre pastos altos y este hecho de la misma hierba, tiene alguna forma de recipiente, también pueden anidar en las ramas bajas de arbustos y hasta se ha visto sus nidos entre troncos de árboles huecos.
En cuanto a la reproducción los patos guires pueden encubar entre 6 a 14 huevos entre papa y mamá guire se turnan el nido en la tarea. Los tiernos polluelos nacen entre los 24 y 30 días con un plumaje blanco que va cambiando a marrón. Los padres acompañan sus polluelos hasta pasados los dos meses.
Los patos guirirí se domestican fácilmente en las fincas, solo es tenerles una poceta con buen agua limpia para sus acostumbradas zambullidas y proveerles alimento cuya dieta es similar a las de las gallinas.
El pato Guire se ha visto amenazado por la caza indiscriminada e ilegal y en zonas anegadas de los llanos casanareños y araucanos, se ha ido y no regresa huyendo de los cazadores y desde luego por que la persecución ha mermado su población y sus huevos también son objetivo de los depredadores humanos.
Cuidemos el patico guire es un hermoso habitante de las llanuras y fue puesto por el Creador allí no solo para embellecer el paisaje, sino para cumplir una función que contribuye a mantener el equilibrio de estos ecosistemas.

EL PÁTO GUIRE O GUIRIRÍ. (Dendrocygna viduata)


Este simpático animalito recibe varios nombres dependiendo de la región o país donde se encuentra; sirirí cariblanco, sirirí de la pampa, suirirí cariblanco  o yaguasa careta etc. En los llanos de Colombia y Venezuela se le nombra como Guirirí o pato guire. Este pato mide unos 50 cm de largo, tiene una envergadura de sus alas de aproximadamente 90 cm y llega a pesar 700 y a veces un poco más. El plumaje es similar en ambos sexos por lo que es algo difícil distinguir la hembra del macho a simple vista.
El pato guirirí es natural de Africa y America, se encuentra desde Costa Rica, y en sur América en Colombia, Venezuela, las Guayanas, Amazonas, Chile, Perú, Argentina, Uruguay  hasta Bolivia, siempre desde el nivel del mar hasta los 1000 mts de altura.
Recorre grandes distancias buscando alimentación y las lagunas y esteros en épocas de lluvias, también es común encontrarlo en las orillas de los ríos y zonas anegadas.
Durante la noche vuelan y se puede sentir su actividad que la evidencia el sonido que hacen en grandes grupos “guirirí…guirirí…guirirí”, otros aseguran que su sonido es sirirí...sirirí y así le denominan en otras regiones. Convive tranquilamente en su habitad con otras especies de patos y otras aves, se destacan en las lagunas por ser numerosos.
Comúnmente el nido lo construyen entre pastos altos y este hecho de la misma hierba, tiene alguna forma de recipiente, también pueden anidar en las ramas bajas de arbustos y hasta se ha visto sus nidos entre troncos de árboles huecos.
En cuanto a la reproducción los patos guires pueden encubar entre 6 a 14 huevos entre papa y mamá guire se turnan el nido en la tarea. Los tiernos polluelos nacen entre los 24 y 30 días con un plumaje blanco que va cambiando a marrón. Los padres acompañan sus polluelos hasta pasados los dos meses.
Los patos guirirí se domestican fácilmente en las fincas, solo es tenerles una poceta con buen agua limpia para sus acostumbradas zambullidas y proveerles alimento cuya dieta es similar a  las de las gallinas.
El pato Guire se ha visto amenazado por la caza indiscriminada e ilegal y en zonas anegadas de los llanos casanareños y araucanos, se ha ido y no regresa huyendo de los cazadores y desde luego por que la persecución ha mermado su población y sus huevos también son objetivo de los depredadores humanos.


Cuidemos el patico guire es un hermoso habitante de las llanuras y fue puesto por el Creador allí no solo para embellecer el paisaje, sino para cumplir una función que contribuye a mantener el equilibrio de estos ecosistemas. 

EL TIRAPIEDRA - Mitos y Leyendas del piedemonte llanero



LOS CUENTOS DE PASCUAL
Mitos y Leyendas del piedemonte llanero

ALBERTO BAQUERO NARIÑO
— Dicen que por los caminos viejos no se debe andar después del atardecer, afirmó Pascual lanzando su mirada entre nosotros.
— Por qué? preguntamos en coro.
— Porque los espíritus salen a recorrerlos, a recordar sus tiempos y a llorar sus penas y es malo encontrarse con ellos porque se les interrumpe. Hoy les tengo una historia que les va a gustar. Se trata de las acciones de El Tirapiedra que se instaló por estos lares y deambula por las montañas de la región asustando a los caminantes nocturnos.
— Y de dónde salió El Tirapiedras?
— Salió de la muerte de un estudiante de la Nacional cuyo nombre completo nadie supo jamás. Le dían "el muerto" porque era flaco, pálido y casi nunca hablaba. Era de Villavicencio y se las tiraba de llanero. Jamás se le vió cantar una copla, ni bailar un joropo.
El tino que tenía ese hombre era mortal; sus manos disparaban piedras de gran tamaño con precisión y fuerza increíbles y a distancias bastante apreciables. Se la pasaba participando en cuanta manifestación se presentara, porque era un ser rebelde a quien le atormentaban las continuas injusticias que soportaba la gente. Pero estaba anarquizado, actuaba sin ley ni principios. Así logró matar a centeneres de policías y millones de animales cuando le venía en gana. Una vez le colocó un pedradón en la cabeza a un presidente y si no es por la dureza del sombrero de copa que llevaba, lo mata. Siempre ejecutaba sus hazañas a distancias incalculables para los guardias de seguridad y por eso jamás lo cogieron. Otra vez le dió por limpiar la ciudad de maricas, putas y hampones y todos los días morían de un pedradón que venía de no se dónde, tres o cuatro de ellos. Nadie jamás llegó siquiera a pensar que sus flacos brazos y sus enjutas espaldas pudieran maltratar a unamosca, menos a la gente, pues además detestaba las armas.
Se reía en las pedreas universitarias pero era el causante de tragedias mayores porque cuando se decidía a tomar partido, elegía el tamaño de las piedras que fueran bien filosas y luego escogía sus víctimas ojalá oficiales para que fuera mayor el efecto y zás, le clavaba en medio de la frente el totazo letal.
Pero el paso inexorable del tiempo le jugó una mala pasada que lo llevó a él y a varias víctimas inocentes a la tumba. Empezó por acercarse demasiado porque veía borroso de lejos. Después empezó a fallar y sus pedradones se perdían en el vacío o solamente lesionaban a las víctimas con escalabraduras.
La ocasión de su falla definitiva se veía venir. Así que resolvió matar a uno de los jefes del tenebroso Servicio de Inteligencia Colombiana SIC, que en épocas de la violencia (1948-1960),sembró el terror en los campos y ciudades de Colombia. Este exjefe posaba de prominente hombre público y eminente profesional pero era el culpable del corte de franela, las cámaras de tortura y demás importaciones del tétrico laboratorio del General Franco en época del falangismo español.
Así, preparó el ataque minuciosamente y como era su último golpe entrenó por primera vez en su vida. Seleccionó los guijarros y decidió la fecha y la hora del atentado. Cuando lanzó su piedra contra el sádico asesino, se resbaló y el pedradón golpeó pesadamente en la cabeza de un niño reventándola al instante. Pero no se pudo contener por su fracaso y volvió a lanzar otro guijarro pegándole en la espalda al asesino y rebotando en la cara de una mujer. Se enloqueció y la emprendió contra todos, hasta que la multitud reaccionó respondiendo de igual manera.
Antes de morir reventado a piedra, logró matar a siete niños, ocho mujeres, tres varones y causar heridas a catorce personas más. Su condena consiste en deambular por los caminos antiguos y tirar piedras que no le pegan a quien se mueva, porque perdió el tino.

— Voy a contarles lo que nos pasó al mono Rosendo y a mí un día que se nos hizo tarde.

— Nos habíamos quedado un rato donde Doña Rosario, —alma bendita— tomándonos unas polas, luego de la dura jornada.

Veníamos por el camino antiguo a eso de las 9 de la noche. Pasamos tranquilos "Caño Blanco" y subíamos por entre ese pedregal. Al frente de donde hoy es la finca de Don Manuel Rodríguez, oímos el primer pedradón como a cinco metros; volvimos a mirar pensando que era un animal, pero no vimos nada. A los tres minutos sentimos otro pedradón ahora más cerca y tampoco miramos nada. Solo escuchamos que rodaba algo. Y enseguida un pedradón un metro adelante, otro a cincuenta centímetros atrás, cada vez más grande. Entonces con las linternas alumbramos a los árboles sin encontrar nada arriba, abajo o al lado. Yo le dije a Rosendo que no nos paráramos y que no chistáramos nada porque era el duende Tirapiedra y que lo único que nos salvaba era ignorarlo, no sentir miedo y menos quedarse quieto. En Quetame me habían contado que si nos deteníamos, las piedras se volvían de verdad y nos mataban como le pasó a Don Camilo Sastoque en una Vereda de El Calvario, que un día lo encontraron en el camino viejo, sin un hueso sano, moribundo, en medio de un montón de piedras. Era un hombre de los que no tienen miedo, pero de lo puro berraco, se atrevió a desafiar al duende.



Ilustración de Jairo Ruíz Churión.

— Yo sostuve el paso hasta que sentí que Rosendo se había quedado y no podía caminar. Y las pedradas cada vez más cerca casi me daban en los piés. Como ya íbamos a llegar a un claro y había buena luna, también sabía que el Tirapiedra necesita los árboles para joder a los humanos. Entonces yo traté de echarme al hombro a Rosendo, pero el gediondo se le había colgado del hacha que aquel sostenía con sus engarrotadas manos. Y no valió fuerza ni maña; no pude alzarlo. Entonces lo enlacé y así lo hice andar antes de que le cascaran el segundo pedradón pues ya lo habían escalabrado. Ya en el claro Rosendo se calmó poco a poco, pero me tocó esperarlo un buen rato a que se limpiara la mierda que le embardunaba todo el cuerpo, porque del puro miedo se había cagado.

Además la herida que llevaba en la cabeza le sangraba bastante y le dolía.

— Déjeme seguir adelante compadre, me dijo con voz de moribundo.

— Está bien le respondí. Y todavía nos faltaba pasar por otros bosques. Yo le dije a Rosendo que pasara lo que pasara que siempre continuara andando porque ese era el único remedio. Y más adelante otra vez la mano de piedra, acá cerquita. Las oíamos silbar encima de nuestras cabezas para totiarse a diez centímetros de nosotros y en toda dirección. Siga compadrito siga, le gritaba a mi compañero. Yo sentía que ya casi me agarraban pero sabía que tampoco es bueno volver la jeta. Así que empecé a quedarme, a encalambrárseme todo. Pensé en el pedradón que ya me llegaba y en que ese era mi fín. Pero hice el esfuerzo más grande de mi vida y continué andando, lentamente pero andando.

La totiazón continuaba a mi lado pero así llegue al claro donde está mi casa. Me había salvado.

Al llegar le dije a mi mujer que se levantara y nos hiciera café bien cerrero y caliente porque nos habían asustado. Rosendo se repuso como a la media hora y me dijo: compadre todavía siento el olor a mierda de borracho, pero yo ya me lavé. Será parte del susto? No compadrito le respondí, lo que pasa es que yo también estoy cagado!

LOS CUENTOS DE PASCUAL
Mitos y Leyendas del piedemonte llanero

ALBERTO BAQUERO NARIÑO




EL PISILLO DE CARNE SECA - Gastronomía Criolla





El pisillo, es una de las más humildes y criollas recetas de la llanura Colombo-venezolana. El pisillo se acostumbraba a preparar con carne de chiguire o venado  cuando abundaban estas especies de animales, que una vez cazados se despostaban, se  salaban y se secaban al sol. Luego se freían en manteca de cerdo junto con cebolla y tomate, para luego machacarse con una piedra ó con un pilón. Hoy el hombre de la llanura es un poco más considerado cuidadoso de su fauna y prepara este plato con carne de res seca.
Este plato típico  se acompaña con arroz blanco ó frijoles, con cazabe ó yuca sancochada, con tajadas de topocho ó plátano verde o maduro....


Carne de res salada colgada en la tasajera secándose al sol .
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Ingredientes

1 taza de cebolla rallada
2 dientes de ajo machacados
½ cdta. de orégano seco, molido
½ cdta. de comino, molido
1 kg. de falda de res
3 cdas. de aceite
½ taza de cebolla finamente picada
Sal y pimienta negra al gusto.


PREPARACIÓN:
1. Mezcle en un tazón pequeño la cebolla rallada, los ajos, la sal, la pimienta, el orégano y el comino. Unte la carne con esta mezcla, y deje marinar tapado en la nevera, de 1 a 2 horas.


2. Coloque toda la preparación en un caldero, y lleve a fuego medio. Cocine la carne en su jugo durante 45 minutos, o hasta que ablande.


3. Retire la carne del fuego, reserve el líquido de cocción. Desmeche la carne en tiras muy finas, desechando cualquier resto de grasa que pueda tener.

4. Caliente el aceite en un caldero amplio, sofría la cebolla picada por 3 minutos, agregue la carne y mezcle bien. Añada el líquido que se reservó de la cocción, y cocine a fuego bajo, revolviendo constantemente para que no se queme, hasta que esté dorada, seca y brillante, unos 30 minutos más.

Receta escrita por: Liselotte Salinas.

17 DE MAYO FIESTA DE SAN PASCUAL BAILON


Altar vestido para el baile a San Pascual
Foto: Oscar A. Pabón M.


Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario.


El 17 de mayo el santoral católico lo asigna como la fecha del español San Pascual Bailón, quien tiene muchos devotos en los llanos colombianos y en regiones de Boyacá.


En esos lugares le pagan sus milagrosos favores recibidos con celebraciones paganas, que incluyen rezos y grandes fiestas en las que se reparten bebidas y productos de las gastronomías propias de cada sitio.


Las hogareñas salas que los anfitriones disponen para el joropero festejo, son presididas por alumbrados altares con la imagen de San Pascual Bailón, junto a la vitela del milagroso monje se colocan las botellas de trago.


Las fiestas de San Pascual Bailón forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de algunos vecindarios de los llanos Orientales.

HATO LA MAPORITA


Fotografía. Rodeo de ganado Casanareño en el hato La Maporita  década de 1930.  





















Internándose en la sabana, se llega al legendario hato La Maporita, donde transcurrió buena parte de la historia de Arturo Cova y Alicia que narra don José Eustasio Rivera en la novela La vorágine. El hato La Maporita (diminutivo de mapora, un tipo de palmera) está ubicado en las proximidades del corregimiento fronterizo El Caracol, a cuarenta y cinco minutos del municipio de Arauca.
Este hato centenario fundado en tierras “lareñas” araucanas, está ubicado en un extenso banco de sabana, constitutivo de una gran extensión de llanura, propiedad obtenida por los fundadores gracias a “las mercedes reales” otorgadas por la corona española. Hay referencias documentales escritas probatorias de que para el año 1918, los hermanos Sánchez posaban de dueños, en representación del dictador venezolano Juan Vicente Gómez, quien gobernó al hermano país por espacio de veintisiete años (1908-1935), y que supuestamente era el verdadero propietario de este latifundio de cerca de 100 mil hectáreas, con una población ganadera de sesenta mil reses e incontables caballos y abundante biodiversidad.
El Hato La Maporita – hato, era la unidad productiva pecuaria que tenía más de mil cabezas de ganado – ha sido, históricamente, referente de la ganadería regional, un hito del llano, escuela de la llanería, famoso por la calidad de sus caballos y por la supremacía de sus “hombres de soga y caballo”. Los mejores caporales, caballiceros, baquianos, amansadores de potros, cabresteros y viajeros de ganado se graduaban en este hato icónico abundante de reses y bestias y reconocido como punto de partida de los lotes de ganado que constituían la saca anual de cuatro mil novillos llevados de aquí a Villavicencio, en jornadas que duraban cuarenta y cinco días”.


















Tomado de:


Reflexiones para las Comunidades Llaneras (Facebook).





Fotografía de FAFO. Fundación para el archivo fotográfico de la Orinoquia

















LA PALMA DE MORICHE


La palma de moriche (Mauritia flexuosa L. f) presenta una amplia distribución desde la cuenca amazónica hasta la isla de Trinidad. La especie presenta una gran adaptación a suelos con baja fertilidad, además es parte integral del sistema natural regional porque se ha convertido en un elemento fundamental, para la conservación de las fuentes hídricas y la biodiversidad.


En el caso de algunas economías locales es usada como un recurso que genera alimento, fibras y madera. Su importancia económica varía entre las diferentes regiones geográficas, en Colombia es escasamente comercializada, mientras que en zonas como Iquitos (Perú), comienzan a seleccionar ecotipos para el cultivo comercial de la especie, ya que existe una red económica basada en sus productos.
El moriche es una palma gregaria que forma asociaciones homogéneas a lo largo de ríos y caños denomidos "morichales"donde llega a ser la especie dominante del estrato arbóreo.

Se afirma que el Moriche es de las pocas palmeras que puede crecer con el sistema radicular sumergido en los pantanos por poseer raíces aéreas llamadas neumatóforos.

Fuente:
Revista Orinoquia Universidad de Los Llanos Colombia

En los Llanos colombianos también hay fiestas carnavalescas

Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario 

En diversos países y con traiciones diversas por estos días se cumplen los carnavales, fiestas que mueren el martes víspera del miércoles de Ceniza, quiere decir que en 2016 el 9 de febrero será el cierre.

Bueno es recordar que en Colombia además de Barranquilla, ocurren otros carnavales en meses y fechas diferentes, ejemplo es el de Blancos y Negros de la ciudad de Pasto, que se cumple en enero durante los festejos de los Reyes Magos.

Los carnavales llaneros:

Como en este segundo martes de febrero, víspera del inicio de la cuaresma, culminarán las internacionales festividades carnavalescas, quiero aprovechar la ocasión para visibilizar cuatro tradiciones populares de la región llanera, que por sus coloridas parafernalias, evocaciones y formas de celebrarlos, reúnen las características propias de los carnavales.
Dichos festejos folclóricos a campo abierto, tres de ellos poco conocidos en el contexto regional, están presentes en Arauca, Casanare y Meta. Los cuatro guardan como común denominador, que no se cumplen en tiempos previos a la temporada de Semana Santa. 

Las Negreras


Añeja tradición propia del pueblo de Arauquita, que tiene al galerón como principal soporte musical. Los participantes interpretan tambora, la flauta, el furruco, la charrasca, el violín, el bandolín, el cuatro y las maracas.

Me dice el fotógrafo Juan José Niño O., que las ya centenarias Negreras arauquiteñas se realizan de manera principal en las vísperas del 8 de diciembre.
Del mismo modo me comenta, que en los tiempos presentes este bien cultural inmaterial está en riesgo de extinción. 



Aspectos de la celebración de Las Negreras arauquiteñas (fotos de Humberto Ibáñez Ríos)


































El Paloteo



Estampas del Paloteo araucano (fotos: Juan José Niño Ortiz) 
Llama la atención que el Paloteo de vieja tradición en la capital araucana, también está presente en lugares de la Costa Atlántica.

La popular fiesta es propia del 4 de diciembre, fecha patronal de Santa Bárbara de Arauca. En tal ocasión, las calles de la llanera ciudad se convierten en los escenarios de quienes efectúan el sonoro juego.


El Tameño Nato


Tame es uno de los municipios más antiguos de Colombia y por tal motivo preserva mucho patrimonio histórico y cultural. Como una manera de salvaguardar y divulgar este patrimonio cultural, todos los años, hacia el día de San José, los Tameños organizan las fiestas o encuentro del Tameño Nato cuyo evento central es un colorido desfile folclórico por las principales calles del pueblo. El evento trata de rescatar las tradiciones, la cultura y el estilo de vida de los antiguos pobladores del territorio.



Click aquí y vea video del Tameño Nato

El Encuentro carbavalesco congrega a los lugareños, turistas nacionales y extranjeros , que ven en el Tameño Nato, el encuentro más criollo y autóctono de los llanos de Colombia y Venezuela.


Los Matachines

En Támara, colonial pueblo ubicado en zona de cordillera casanareña, en la época de aguinaldos se cumplen las comparsas de los Matachines. 



Los trajes de los Matachines, su diseñador Tirso Forero luce uno de dichos disfraces (fotos: Óscar A Pabón M).

Esta tradicional actividad tiene como portador al señor Tirso Forero, quien diseña y confecciona los coloridos trajes para la realización de dicha expresión cultural en su pueblo, la cual que va del 16 al 24 de diciembre. 


Las Cuadrillas de San Martín

Las Cuadrillas de San Martín, Meta, sin duda alguna es la artística puesta en escena del territorio llano de mayor renombre en el contexto nacional.
De centenaria data es esta expresión popular, la cual se lleva a cabo en el mes de noviembre. Es la única de la región que está incluida en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país. 

Los Moros y los Guajibos, dos de los cuatro grupos personificados por los cuadrilleros del pueblo de San Martín (fotos: Óscar Alfonso Pabón Monroy) 




LA COROCORA - IBIS ESCARLATA - GARZA ROJA

Ave muy representativa de los llanos Colombo-venezolanos, la ibis colorada como también se le conoce en otros países del trópico, anida en colonias que pueden ser integradas por otras especies de ibis, grullas y garzas.


Su hábitat es fundamentalmente tropical y podemos encontrarla en las zonas pantanosas de Venezuela, Colombia o Brasil.Su espectacular color rojo es la característica más visible y es propio de ambos sexos, intensificándose con los años: Así podemos averiguar la edad del ave, cuanto más viejos, más rojo se vuelve su plumaje.


Comúnmente forrajea en bandadas de decenas de individuos. Cuando busca alimento sondea con el pico en el fango y en aguas poco profundas. Diariamente se mueve largas distancias entre los lugares de anidamiento o descanso y las áreas de forrajeo. Las poblaciones de esta especie efectúan movimientos estacionales de acuerdo con la oferta de cuerpos de agua y al volar usualmente los hacen en bandadas que generalmente configuran una formación en “V”. 
Se alimenta principalmente de crustáceos como de cangrejos de los géneros Aratus, Uca y Ucides. También incluye en su dieta moluscos, insectos, poliquetos del género Nereis y peces de la familia Cichlidae. 

La nidada usual consiste de dos a tres huevos, se registran cuatro, de color verdoso. La incubación toma unos veintitrés días y es efectuada por los dos padres.

En el ámbito internacional es considerada como una especie de preocupación menor. No obstante se encuentra incluida en el apéndice II en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES).


Fuentes: Naukas – Icesi. - Fotografías de Alex Guzmán Alvis