Sección Desde Llano Adentro

EL TIRAPIEDRA - Mitos y Leyendas del piedemonte llanero



LOS CUENTOS DE PASCUAL
Mitos y Leyendas del piedemonte llanero

ALBERTO BAQUERO NARIÑO
— Dicen que por los caminos viejos no se debe andar después del atardecer, afirmó Pascual lanzando su mirada entre nosotros.
— Por qué? preguntamos en coro.
— Porque los espíritus salen a recorrerlos, a recordar sus tiempos y a llorar sus penas y es malo encontrarse con ellos porque se les interrumpe. Hoy les tengo una historia que les va a gustar. Se trata de las acciones de El Tirapiedra que se instaló por estos lares y deambula por las montañas de la región asustando a los caminantes nocturnos.
— Y de dónde salió El Tirapiedras?
— Salió de la muerte de un estudiante de la Nacional cuyo nombre completo nadie supo jamás. Le dían "el muerto" porque era flaco, pálido y casi nunca hablaba. Era de Villavicencio y se las tiraba de llanero. Jamás se le vió cantar una copla, ni bailar un joropo.
El tino que tenía ese hombre era mortal; sus manos disparaban piedras de gran tamaño con precisión y fuerza increíbles y a distancias bastante apreciables. Se la pasaba participando en cuanta manifestación se presentara, porque era un ser rebelde a quien le atormentaban las continuas injusticias que soportaba la gente. Pero estaba anarquizado, actuaba sin ley ni principios. Así logró matar a centeneres de policías y millones de animales cuando le venía en gana. Una vez le colocó un pedradón en la cabeza a un presidente y si no es por la dureza del sombrero de copa que llevaba, lo mata. Siempre ejecutaba sus hazañas a distancias incalculables para los guardias de seguridad y por eso jamás lo cogieron. Otra vez le dió por limpiar la ciudad de maricas, putas y hampones y todos los días morían de un pedradón que venía de no se dónde, tres o cuatro de ellos. Nadie jamás llegó siquiera a pensar que sus flacos brazos y sus enjutas espaldas pudieran maltratar a unamosca, menos a la gente, pues además detestaba las armas.
Se reía en las pedreas universitarias pero era el causante de tragedias mayores porque cuando se decidía a tomar partido, elegía el tamaño de las piedras que fueran bien filosas y luego escogía sus víctimas ojalá oficiales para que fuera mayor el efecto y zás, le clavaba en medio de la frente el totazo letal.
Pero el paso inexorable del tiempo le jugó una mala pasada que lo llevó a él y a varias víctimas inocentes a la tumba. Empezó por acercarse demasiado porque veía borroso de lejos. Después empezó a fallar y sus pedradones se perdían en el vacío o solamente lesionaban a las víctimas con escalabraduras.
La ocasión de su falla definitiva se veía venir. Así que resolvió matar a uno de los jefes del tenebroso Servicio de Inteligencia Colombiana SIC, que en épocas de la violencia (1948-1960),sembró el terror en los campos y ciudades de Colombia. Este exjefe posaba de prominente hombre público y eminente profesional pero era el culpable del corte de franela, las cámaras de tortura y demás importaciones del tétrico laboratorio del General Franco en época del falangismo español.
Así, preparó el ataque minuciosamente y como era su último golpe entrenó por primera vez en su vida. Seleccionó los guijarros y decidió la fecha y la hora del atentado. Cuando lanzó su piedra contra el sádico asesino, se resbaló y el pedradón golpeó pesadamente en la cabeza de un niño reventándola al instante. Pero no se pudo contener por su fracaso y volvió a lanzar otro guijarro pegándole en la espalda al asesino y rebotando en la cara de una mujer. Se enloqueció y la emprendió contra todos, hasta que la multitud reaccionó respondiendo de igual manera.
Antes de morir reventado a piedra, logró matar a siete niños, ocho mujeres, tres varones y causar heridas a catorce personas más. Su condena consiste en deambular por los caminos antiguos y tirar piedras que no le pegan a quien se mueva, porque perdió el tino.

— Voy a contarles lo que nos pasó al mono Rosendo y a mí un día que se nos hizo tarde.

— Nos habíamos quedado un rato donde Doña Rosario, —alma bendita— tomándonos unas polas, luego de la dura jornada.

Veníamos por el camino antiguo a eso de las 9 de la noche. Pasamos tranquilos "Caño Blanco" y subíamos por entre ese pedregal. Al frente de donde hoy es la finca de Don Manuel Rodríguez, oímos el primer pedradón como a cinco metros; volvimos a mirar pensando que era un animal, pero no vimos nada. A los tres minutos sentimos otro pedradón ahora más cerca y tampoco miramos nada. Solo escuchamos que rodaba algo. Y enseguida un pedradón un metro adelante, otro a cincuenta centímetros atrás, cada vez más grande. Entonces con las linternas alumbramos a los árboles sin encontrar nada arriba, abajo o al lado. Yo le dije a Rosendo que no nos paráramos y que no chistáramos nada porque era el duende Tirapiedra y que lo único que nos salvaba era ignorarlo, no sentir miedo y menos quedarse quieto. En Quetame me habían contado que si nos deteníamos, las piedras se volvían de verdad y nos mataban como le pasó a Don Camilo Sastoque en una Vereda de El Calvario, que un día lo encontraron en el camino viejo, sin un hueso sano, moribundo, en medio de un montón de piedras. Era un hombre de los que no tienen miedo, pero de lo puro berraco, se atrevió a desafiar al duende.



Ilustración de Jairo Ruíz Churión.

— Yo sostuve el paso hasta que sentí que Rosendo se había quedado y no podía caminar. Y las pedradas cada vez más cerca casi me daban en los piés. Como ya íbamos a llegar a un claro y había buena luna, también sabía que el Tirapiedra necesita los árboles para joder a los humanos. Entonces yo traté de echarme al hombro a Rosendo, pero el gediondo se le había colgado del hacha que aquel sostenía con sus engarrotadas manos. Y no valió fuerza ni maña; no pude alzarlo. Entonces lo enlacé y así lo hice andar antes de que le cascaran el segundo pedradón pues ya lo habían escalabrado. Ya en el claro Rosendo se calmó poco a poco, pero me tocó esperarlo un buen rato a que se limpiara la mierda que le embardunaba todo el cuerpo, porque del puro miedo se había cagado.

Además la herida que llevaba en la cabeza le sangraba bastante y le dolía.

— Déjeme seguir adelante compadre, me dijo con voz de moribundo.

— Está bien le respondí. Y todavía nos faltaba pasar por otros bosques. Yo le dije a Rosendo que pasara lo que pasara que siempre continuara andando porque ese era el único remedio. Y más adelante otra vez la mano de piedra, acá cerquita. Las oíamos silbar encima de nuestras cabezas para totiarse a diez centímetros de nosotros y en toda dirección. Siga compadrito siga, le gritaba a mi compañero. Yo sentía que ya casi me agarraban pero sabía que tampoco es bueno volver la jeta. Así que empecé a quedarme, a encalambrárseme todo. Pensé en el pedradón que ya me llegaba y en que ese era mi fín. Pero hice el esfuerzo más grande de mi vida y continué andando, lentamente pero andando.

La totiazón continuaba a mi lado pero así llegue al claro donde está mi casa. Me había salvado.

Al llegar le dije a mi mujer que se levantara y nos hiciera café bien cerrero y caliente porque nos habían asustado. Rosendo se repuso como a la media hora y me dijo: compadre todavía siento el olor a mierda de borracho, pero yo ya me lavé. Será parte del susto? No compadrito le respondí, lo que pasa es que yo también estoy cagado!

LOS CUENTOS DE PASCUAL
Mitos y Leyendas del piedemonte llanero

ALBERTO BAQUERO NARIÑO




EL PISILLO DE CARNE SECA - Gastronomía Criolla





El pisillo, es una de las más humildes y criollas recetas de la llanura Colombo-venezolana. El pisillo se acostumbraba a preparar con carne de chiguire o venado  cuando abundaban estas especies de animales, que una vez cazados se despostaban, se  salaban y se secaban al sol. Luego se freían en manteca de cerdo junto con cebolla y tomate, para luego machacarse con una piedra ó con un pilón. Hoy el hombre de la llanura es un poco más considerado cuidadoso de su fauna y prepara este plato con carne de res seca.
Este plato típico  se acompaña con arroz blanco ó frijoles, con cazabe ó yuca sancochada, con tajadas de topocho ó plátano verde o maduro....


Carne de res salada colgada en la tasajera secándose al sol .
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Ingredientes

1 taza de cebolla rallada
2 dientes de ajo machacados
½ cdta. de orégano seco, molido
½ cdta. de comino, molido
1 kg. de falda de res
3 cdas. de aceite
½ taza de cebolla finamente picada
Sal y pimienta negra al gusto.


PREPARACIÓN:
1. Mezcle en un tazón pequeño la cebolla rallada, los ajos, la sal, la pimienta, el orégano y el comino. Unte la carne con esta mezcla, y deje marinar tapado en la nevera, de 1 a 2 horas.


2. Coloque toda la preparación en un caldero, y lleve a fuego medio. Cocine la carne en su jugo durante 45 minutos, o hasta que ablande.


3. Retire la carne del fuego, reserve el líquido de cocción. Desmeche la carne en tiras muy finas, desechando cualquier resto de grasa que pueda tener.

4. Caliente el aceite en un caldero amplio, sofría la cebolla picada por 3 minutos, agregue la carne y mezcle bien. Añada el líquido que se reservó de la cocción, y cocine a fuego bajo, revolviendo constantemente para que no se queme, hasta que esté dorada, seca y brillante, unos 30 minutos más.

Receta escrita por: Liselotte Salinas.

17 DE MAYO FIESTA DE SAN PASCUAL BAILON


Altar vestido para el baile a San Pascual
Foto: Oscar A. Pabón M.


Por: Oscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario.


El 17 de mayo el santoral católico lo asigna como la fecha del español San Pascual Bailón, quien tiene muchos devotos en los llanos colombianos y en regiones de Boyacá.


En esos lugares le pagan sus milagrosos favores recibidos con celebraciones paganas, que incluyen rezos y grandes fiestas en las que se reparten bebidas y productos de las gastronomías propias de cada sitio.


Las hogareñas salas que los anfitriones disponen para el joropero festejo, son presididas por alumbrados altares con la imagen de San Pascual Bailón, junto a la vitela del milagroso monje se colocan las botellas de trago.


Las fiestas de San Pascual Bailón forman parte del Patrimonio Cultural Inmaterial de algunos vecindarios de los llanos Orientales.

HATO LA MAPORITA


Fotografía. Rodeo de ganado Casanareño en el hato La Maporita  década de 1930.  





















Internándose en la sabana, se llega al legendario hato La Maporita, donde transcurrió buena parte de la historia de Arturo Cova y Alicia que narra don José Eustasio Rivera en la novela La vorágine. El hato La Maporita (diminutivo de mapora, un tipo de palmera) está ubicado en las proximidades del corregimiento fronterizo El Caracol, a cuarenta y cinco minutos del municipio de Arauca.
Este hato centenario fundado en tierras “lareñas” araucanas, está ubicado en un extenso banco de sabana, constitutivo de una gran extensión de llanura, propiedad obtenida por los fundadores gracias a “las mercedes reales” otorgadas por la corona española. Hay referencias documentales escritas probatorias de que para el año 1918, los hermanos Sánchez posaban de dueños, en representación del dictador venezolano Juan Vicente Gómez, quien gobernó al hermano país por espacio de veintisiete años (1908-1935), y que supuestamente era el verdadero propietario de este latifundio de cerca de 100 mil hectáreas, con una población ganadera de sesenta mil reses e incontables caballos y abundante biodiversidad.
El Hato La Maporita – hato, era la unidad productiva pecuaria que tenía más de mil cabezas de ganado – ha sido, históricamente, referente de la ganadería regional, un hito del llano, escuela de la llanería, famoso por la calidad de sus caballos y por la supremacía de sus “hombres de soga y caballo”. Los mejores caporales, caballiceros, baquianos, amansadores de potros, cabresteros y viajeros de ganado se graduaban en este hato icónico abundante de reses y bestias y reconocido como punto de partida de los lotes de ganado que constituían la saca anual de cuatro mil novillos llevados de aquí a Villavicencio, en jornadas que duraban cuarenta y cinco días”.


















Tomado de:


Reflexiones para las Comunidades Llaneras (Facebook).





Fotografía de FAFO. Fundación para el archivo fotográfico de la Orinoquia

















LA PALMA DE MORICHE


La palma de moriche (Mauritia flexuosa L. f) presenta una amplia distribución desde la cuenca amazónica hasta la isla de Trinidad. La especie presenta una gran adaptación a suelos con baja fertilidad, además es parte integral del sistema natural regional porque se ha convertido en un elemento fundamental, para la conservación de las fuentes hídricas y la biodiversidad.


En el caso de algunas economías locales es usada como un recurso que genera alimento, fibras y madera. Su importancia económica varía entre las diferentes regiones geográficas, en Colombia es escasamente comercializada, mientras que en zonas como Iquitos (Perú), comienzan a seleccionar ecotipos para el cultivo comercial de la especie, ya que existe una red económica basada en sus productos.
El moriche es una palma gregaria que forma asociaciones homogéneas a lo largo de ríos y caños denomidos "morichales"donde llega a ser la especie dominante del estrato arbóreo.

Se afirma que el Moriche es de las pocas palmeras que puede crecer con el sistema radicular sumergido en los pantanos por poseer raíces aéreas llamadas neumatóforos.

Fuente:
Revista Orinoquia Universidad de Los Llanos Colombia

En los Llanos colombianos también hay fiestas carnavalescas

Por: Óscar Alfonso Pabón Monroy/ Comunicador Social comunitario 

En diversos países y con traiciones diversas por estos días se cumplen los carnavales, fiestas que mueren el martes víspera del miércoles de Ceniza, quiere decir que en 2016 el 9 de febrero será el cierre.

Bueno es recordar que en Colombia además de Barranquilla, ocurren otros carnavales en meses y fechas diferentes, ejemplo es el de Blancos y Negros de la ciudad de Pasto, que se cumple en enero durante los festejos de los Reyes Magos.

Los carnavales llaneros:

Como en este segundo martes de febrero, víspera del inicio de la cuaresma, culminarán las internacionales festividades carnavalescas, quiero aprovechar la ocasión para visibilizar cuatro tradiciones populares de la región llanera, que por sus coloridas parafernalias, evocaciones y formas de celebrarlos, reúnen las características propias de los carnavales.
Dichos festejos folclóricos a campo abierto, tres de ellos poco conocidos en el contexto regional, están presentes en Arauca, Casanare y Meta. Los cuatro guardan como común denominador, que no se cumplen en tiempos previos a la temporada de Semana Santa. 

Las Negreras


Añeja tradición propia del pueblo de Arauquita, que tiene al galerón como principal soporte musical. Los participantes interpretan tambora, la flauta, el furruco, la charrasca, el violín, el bandolín, el cuatro y las maracas.

Me dice el fotógrafo Juan José Niño O., que las ya centenarias Negreras arauquiteñas se realizan de manera principal en las vísperas del 8 de diciembre.
Del mismo modo me comenta, que en los tiempos presentes este bien cultural inmaterial está en riesgo de extinción. 



Aspectos de la celebración de Las Negreras arauquiteñas (fotos de Humberto Ibáñez Ríos)


































El Paloteo



Estampas del Paloteo araucano (fotos: Juan José Niño Ortiz) 
Llama la atención que el Paloteo de vieja tradición en la capital araucana, también está presente en lugares de la Costa Atlántica.

La popular fiesta es propia del 4 de diciembre, fecha patronal de Santa Bárbara de Arauca. En tal ocasión, las calles de la llanera ciudad se convierten en los escenarios de quienes efectúan el sonoro juego.


El Tameño Nato


Tame es uno de los municipios más antiguos de Colombia y por tal motivo preserva mucho patrimonio histórico y cultural. Como una manera de salvaguardar y divulgar este patrimonio cultural, todos los años, hacia el día de San José, los Tameños organizan las fiestas o encuentro del Tameño Nato cuyo evento central es un colorido desfile folclórico por las principales calles del pueblo. El evento trata de rescatar las tradiciones, la cultura y el estilo de vida de los antiguos pobladores del territorio.



Click aquí y vea video del Tameño Nato

El Encuentro carbavalesco congrega a los lugareños, turistas nacionales y extranjeros , que ven en el Tameño Nato, el encuentro más criollo y autóctono de los llanos de Colombia y Venezuela.


Los Matachines

En Támara, colonial pueblo ubicado en zona de cordillera casanareña, en la época de aguinaldos se cumplen las comparsas de los Matachines. 



Los trajes de los Matachines, su diseñador Tirso Forero luce uno de dichos disfraces (fotos: Óscar A Pabón M).

Esta tradicional actividad tiene como portador al señor Tirso Forero, quien diseña y confecciona los coloridos trajes para la realización de dicha expresión cultural en su pueblo, la cual que va del 16 al 24 de diciembre. 


Las Cuadrillas de San Martín

Las Cuadrillas de San Martín, Meta, sin duda alguna es la artística puesta en escena del territorio llano de mayor renombre en el contexto nacional.
De centenaria data es esta expresión popular, la cual se lleva a cabo en el mes de noviembre. Es la única de la región que está incluida en la lista representativa del patrimonio cultural inmaterial de nuestro país. 

Los Moros y los Guajibos, dos de los cuatro grupos personificados por los cuadrilleros del pueblo de San Martín (fotos: Óscar Alfonso Pabón Monroy) 




LA COROCORA - IBIS ESCARLATA - GARZA ROJA

Ave muy representativa de los llanos Colombo-venezolanos, la ibis colorada como también se le conoce en otros países del trópico, anida en colonias que pueden ser integradas por otras especies de ibis, grullas y garzas.


Su hábitat es fundamentalmente tropical y podemos encontrarla en las zonas pantanosas de Venezuela, Colombia o Brasil.Su espectacular color rojo es la característica más visible y es propio de ambos sexos, intensificándose con los años: Así podemos averiguar la edad del ave, cuanto más viejos, más rojo se vuelve su plumaje.


Comúnmente forrajea en bandadas de decenas de individuos. Cuando busca alimento sondea con el pico en el fango y en aguas poco profundas. Diariamente se mueve largas distancias entre los lugares de anidamiento o descanso y las áreas de forrajeo. Las poblaciones de esta especie efectúan movimientos estacionales de acuerdo con la oferta de cuerpos de agua y al volar usualmente los hacen en bandadas que generalmente configuran una formación en “V”. 
Se alimenta principalmente de crustáceos como de cangrejos de los géneros Aratus, Uca y Ucides. También incluye en su dieta moluscos, insectos, poliquetos del género Nereis y peces de la familia Cichlidae. 

La nidada usual consiste de dos a tres huevos, se registran cuatro, de color verdoso. La incubación toma unos veintitrés días y es efectuada por los dos padres.

En el ámbito internacional es considerada como una especie de preocupación menor. No obstante se encuentra incluida en el apéndice II en el Convenio sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Flora y Fauna (CITES).


Fuentes: Naukas – Icesi. - Fotografías de Alex Guzmán Alvis

De las Vaquerías y los Trabajos de Llano.





Vaquero Guiando un Rodeo en los llanos Colombianos
Las Vaquerías Hace ya muchos años, cuando la tecnología no había avanzado tanto, cuando sólo había caminos reales y se arreaba el ganado por grandes distancias, era cuando existían los llaneros recios, verdaderos centauros del llano, hombres de toro, caballo y soga, héroes anónimos de los llanos. Aquellas Faenas ponían a prueba sus destrezas , pues durante las vaquerías, esos hombres dejaban el alma, y es que más que un trabajo, para ellos era una forma de vida. Con sus sombreros, sus tucos y sus alpargatas iban a meterle el pecho al llano, a tragárselo montados sobre un caballo y con un escapulario por corazón, esos llaneros vibraban en las

La Mula o Mulo



La mula o mulo es un animal híbrido estéril que resulta del cruce entre una yegua y un burro o asno. La mula ha sido muy utilizada en tareas que requieren de fuerza o resistencia, como medio de transporte, en la agricultura y sobre todo para llevar pesadas cargas a grandes distancias.
Detectan e identifican los peligros lo cual es una características que la hace mas apreciable y apropiada para las largas faenas.
Actualmente se ha sido sustituida por maquinaria agrícola y vehículos, por lo que hoy resulta difícil apreciarlas.
Estos ejemplares merecen el reconocimiento por haber contribuido en la historia a la fundación de grandes hatos, haciendas y pueblos a los largo y ancho de nuestro país.


LOS MONSTRUOS DE PARATEBUENO


LOS CUENTOS DE PASCUAL 

Mitos y Leyendas del piedemonte llanero
ALBERTO BAQUERO NARIÑO
© Derechos Reservados de Autor

Lo primero que pensamos al analizar nuestro extraño viaje fué en el encantamiento que se producía en el Pollo de Oro, por los tiempos en que el viento era parte del paisaje del joropo en la voz criolla de Teresita Pulgarín y en la voz romántica de Jimmy Ron con sus pasajes torrealberos. Nuestras sospechas eran fundadas porque un viernes, de aquellos en que se quiere parrandear, en el momento de solicitar una mesa para mis dos jóvenes amigos y yo, observamos que a poca distancia se hallaban departiendo tres hermosas damas. Como es natural en estos casos, nos sentamos en disposición de tirar corriente con la mejor postura, mostrando el perfil favorito, camino expedito a la conquista, a un polvito extraviado, quien quita que se aparezca la Virgen, o por lo menos miraditas, cogiditas de mano. Si hay besito, ya está listo el plato.

Así, les hechamos los perros, con todo el repertorio posible. A mí, me gustó una morena con cipote trenza, tetoncita, delgada pero maciza. Julio Daniel dijo que él prefería la pelirroja que estaba buenísima. Henry se quedó con la mejor, que tenía unas patazas tremendas y un tracero como para remallar costales. El despliegue de plumas fué amplio pero no logramos que pararan bolas. Incluso se fué hasta su mesa para invitarlas a la nuestra pero, nanai cucas. Entontes no hubo más remedio que colocar la doble transmisión: el poema. Eso si no podía fallar. Es más, jamás había fallado. Julio Daniel tiró la primera al puro pecho. Era una poesía que les daba bienvenida al llano y hablaba de navegar en las piernas de su hembra.
Esperé los efectos espernancadores de los versos y, nada. Yo les remití como diez y ni una miradita. Empecé a sospechar de nuestra fealdad porque hay días en que uno está feo, pero nó, no era esa la razón. La miadita que me pegué me sirvió para mirarme al espejo, peinarme y limpiarme el sudor. Mis amigos sin ser adonis, no eran esperpentos. De pronto se marcharon y jamás supimos nada. Al preguntarle al mesero sobre semejantes hembras él nos dijo que esa mesa permanecía vacía porque en ella murió hacía poco una bella mujer morena y de trenza. Alguien le metió un puñal en el abdomen y falleció, ahí mismito. Esa noche nadie estuvo allí. Poco después cerraron el establecimiento porque a unos guates les molesté el joropo. Yo entrevisté por esos días al Pollo de Oro, que me conto sus cuitas.
Por eso cuando nos hicieron ir hasta Paratebueno creímos que eran los sueños joroperos del Pollo de Oro. Esa vez, de nuevo en ese sitio y otro viernes, estábamos con el entonces flaco Salcedo y con el primo Julito cuando llegaron tres damas y esas si llegaron a nuestra mesa porque una era amiga del flaco.

En ese tiempo me había interesado en el conocimiento de la historia de las huestes de Guadalupe en la rebelión liberal llanera, en sus hazañas y en el infeliz término del proceso. Un lugar que se convirtió en baluarte de la guerrilla por esa zona del Upía, Medina, Paratebueno y de ahí en adelante por Casanare hasta Arauca en zona del Piedemonte. La familia Parra y en particular Alvaro Parra habla liderado la resistencia y tenía la plena confianza del comandante en jefe. El viejo Nacianceno León me comentó esa semanaque en Cumaral y en Paratebueno residían dos de los hermanos Parra. Nacianceno fué uno de los liberales que sufrió los rigores de la cárcel y fué subalterno de Alvaro. Los Parra entonces eran manjares de investigación. Esa fué la trampa del destino porque las chicas de un momento a otro resultaron familiares de los Parra y justo en esa noche iban para Paratebueno que celebraba sus fiestas patronales. Existía una motivación intelectual la cual se sumaba a la exquisita invitación que nos hacían para deleitar conocidos placeres que se vuelven mejores cuando de aventurar se trata. "No hay como estrenar culito!" se decía por esos tiempos.

Casi eran las dos de la madrugada, el aguardiente calentaba motores y el entrepiernaje por debajo de la mesa funcionaba, primero con choque de rodillas, luego rodilla adentro. Ese pasaje es sabrosísimo y lleno de expectativa. Si no funciona, se jode todo. —Vamos ya papitos y allá en Paratebueno nos desquitamos, gritaron en coro con esas bocas llenas de lascívidad.

— Vamos, exclamamos ansiosos.

Y nos fuimos en la camioneta. Adelante iba yo con mí gordita que me apercollé desde el principio. Atrás cuatro personas que trenzaban en un duelo de caricias y jadeos. En Cumaral ya el sueño me vencía y estaba mamao de manejar con esa vieja encima. Soñaba con pasarme atrás y olvidarme del timón. Una de ellas tocó el tema de los cadáveres que aparecían cuando se trató de pavimentar la vía de penetración que avanzaba hacia Casanare. Por ese tiempo de los años 50’s la estrategia de la insurgencia bloqueaba el arreglo de la vía para preservar su enclave y esa prevención se mantuvo durante mucho tiempo hasta que surgió el proyecto de la Marginal de la Selva en 1.988 y se empezó a construir. Dicen que se terminará en 1.992.

Julio manejaba en la empolvada carretera llena de baches con una sola mano; mientras tanto, en medio de la lucha por bajar calzones, nos abrumaba un tremendo sueño, superiora poner el clavo donde el instinto mandaba.

La madrugada estaba próxima y casi llegábamos a Paratebueno De pronto vimos que a Julio lo besaba una calavera pero él parecía un robot conduciendo a paso lento. Cerré los ojos pensando en que a esas horas ya era muy cansón el forcejeo sin coronación, sumado a la somnolencia que achacaba a la hora. Cuando miré de reojo alcancé a ver el fémur que el flaco acariciaba y carecí de valor para mirar la mano que se deslizaba dentro de mis calzoncillos pero que estaba helada. Creí que hasta esa noche llegarían mis genitales. Quizá soñé que me los arrancaban de un jalón terrible.

Quedé mudo y me privé. Pude ver que Julio detenía el vehículo y el flaco se estiraba. Estábamos en Paratebueno. Pasarían tres horas cuando despertamos. Ya eran las ocho y sentíamos tremenda sed. Entramos a una tienda grande que estaba al frente y cada uno se tomó tres vasos de leche helada, delicioso manjar.

El señor de la miscelánea se nos presentó...

— Soy Enrique Parra, para servirlos a Ustedes. Bienvenidos a este pueblo llanero de Cundinamarca.

— Enrique Parra, de los hermanos Parra? interrogamos en coro.

— Si; por qué?

— Perdón nos sentamos! ya le contaremos! La increíble historia que no comentamos al despertar, era imposible de creer. Además nuestro aspecto daba pena. Cada quién pensaba que fué un sueño. Pero por qué estábamos allá? Si Señor allá en Paratebueno. Obnubilado recordé mi sueño —el de esa noche— en el que yo era un caballero templario y en el ritual ceremonial había que besarle el culo a 50 iniciados que naturalmente no se bañaban y los calzoncillos se los quitaban con agua caliente. Tuve náuseas. Desfiló por mi mente Paracelso acompañado por Nostradamus que llevaban un pergamino con los secretos del más allá.

El frío de los huesos agarrando mis güevas, todavía lo tenía entre el alma.
Don Enrique se sonrió observando tal vez la tremenda jala y el horrible guayabo que aparentábamos.

— Hace un mes celebramos las patronales con mariachis, corrida de toros, cabalgata y juegos pirotécnicos. Vinieron lindas chicas y Don Hernán Braidy presidió las ferias.

Luego de un tiempo prudencial como de una hora le contamos a Don Enrique nuestro sueño y él entonces se puso severo, pálido, y pidió una botella de sello negro y dijo...

— Yo invito muchachos. Ustedes están vivos de puras vainas! Y del pipí como andan?

— Como así? Yo pensé en esa mano fría que me acarició y me toqué. Estaba completo!

— Si. Hace poco más de 40 años hubo muchos muertos en esta carretera. Una vez asesinaron a unas putas que venían para las ferias y su agonía fué de varios meses, porque primero las hicieron parar a cuanto viajero pasaba para asaltarlo y después sirvieron de catre a más de 8.000 hombres que las fuerzas de defensa apostaron en la vía para controlar la insurgencia. Sus ánimas en pena suelen apostarse en los bebederos de Villavicencio o de Cumaral e invitar a la gente a las fiestas de Paratebueno. En el camino, luego de acariciarlos, les arrancan las güevas y el pájaro. Las víctimas se desangran o quedan locas y con una tronera muy berrionda. Ustedes se salvaron porque querían conocer la historia de los hermanos Parra, y las putas de ese tiempo eran liberales. Si Ustedes solo vinieran atraídos por las ganas de culiar, ahora les estuviéramos mirando el hueco.

Muchas de las mujeres que nos visitaban servían de correo hasta que un policía encontró un documento entre un sostén. Por esos días las pobres putas pagaron pato, concluyó el Señor Parra.

El regreso fué demasiado lento aunque íbamos como el alma que lleva el diablo y como perro apaliado, con el rabo entre las piernas.

Pascual me había advertido en una de sus narraciones que en la vía a Paratebueno asustaban y que tuviera cuidado en aceptar invitaciones de mujeres bonitas para ir a las fiestas de Paratebueno. Pascual me cuida porque es buen amigo y no desea que me vaya lejos cuando me tomo unos traguitos, había pensado. De ahora en adelante le haré caso. Pero una noche le recordé...

— Pascual, por qué es peligroso viajar de noche a Paratebueno y con viejitas?

— Veo, Doctor que a Usted no le gustan sus güevas! contestó burlándose.

— No siga Pascual. Mire que ese, es el único cuento que me las enfría. Claro que me gustan, y el pájaro, me ha salido muy bueno!